Ponce soñó el toreo en Acho, en una inspirada tarde de toros
La conjunción de la técnica depurada, el temple y el arte de Enrique Ponce; el buen gusto y la sapiencia de Sebastián Castella; el valor y pundonor de Alfonso de Lima y un buen encierro dieron paso a una corrida memorable.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
Tres toreros en el ruedo de Acho. Falta poco menos de un año y tres meses para que esta plaza –inaugurada en 1766– cumpla un cuarto de milenio. Es un escenario imponente, histórico y monumental. Es una de las corridas más esperadas de la feria.
Encabeza el cartel un torero de época; lleva 25 temporadas como la primera figura de la tauromaquia, encandilando al público con su maestría y arte. El otro es el primer diestro francés que logró codearse con los más destacados toreros españoles; es famoso por su valor y por lo que ya ha logrado. El tercero es un matador peruano que tiene ante sí un difícil compromiso, que no es necesario describir. Solo hacía falta que saltaran al ruedo toros con edad debida y presencia requerida; y claro, que embistieran.
Los toros de Roberto Puga tuvieron la edad necesaria y estuvieron bien presentados. Además, varios embistieron con clase y permitieron que Enrique Ponce, Sebastián Castella y Alfonso de Lima dejaran satisfecha a la afición limeña.
ENRIQUE PONCE
Esta ha sido una temporada especial para él. La vigésimo quinta de su carrera; sufrió una gravísima cornada en Valencia a comienzos de año; pronto reapareció en Sevilla y luego –tras varios años sin someterse a tan dura prueba− se presentó en Madrid; prosiguió toreando en las principales plazas españolas, pues quería que fuese un año especial y memorable. El sábado comentó que le ilusionaba triunfar también ayer en Acho y de ser posible, llevarse su quinto escapulario.
Su primer toro fue complicado y no apto para una faena lucida; probablemente, ello se agravó por el largo puyazo que recibió. El público mostró su descontento al no poder ver lo que esperaba.
Pero quedaba el cuarto. Sus hechuras prometían; era el más bonito de la corrida. Lo cuidó en el primer tercio y César Caro dejó un muy breve puyazo en todo lo alto. Ponce lo bregó en el segundo tercio para que no recibiera ni un solo capotazo de más. Le dio la lidia justa y precisa, lo que luego el toro agradecería: lección de torería. Lo brindó al público y al cielo; a José María Manzanares, de cuyas fuentes Ponce bebió y de quien ha heredado el título de Torero de Lima. La faena fue una sinfonía por su música callada, su estructura y su profundidad. La inició en tono alegre; derechazos hondos, largos, templados y profundos, sometiendo al toro y metiéndolo en la muleta.
Continuó en un tiempo más lento; cambios de mano, seguidos de hondos y conmovedores naturales; erguida la planta, relajada la estampa y extendiendo –como quien no quiere la cosa− la embestida con clase humillada del astado. Parecía ya hecha la faena, pero la sinfonía requería su tiempo final, vivo y vibrante. Las poncinas, flexionando la pierna; entregando el cuerpo a la embestida del toro; llevándolo cuan largo el brazo; si aquel no fuese muy toreado y sometido, la cornada sería inevitable. La ovación de Acho fue un rugido, seguido de “¡Torero, torero, torero!”. El tempo final: derechazos relajados y sentidos; y cuando ya la estocada parecía improbable por la extensión enorme de la faena, se volcó y cobró una, en todo lo alto, de efecto inmediato.
Dos orejas, más que merecidas; triunfo grande; una obra maestra, que queda en ese ruedo de Acho, de casi 250 años; la síntesis entre Manzanares, el maestro anterior, y Enrique Ponce, el actual.
SEBASTIÁN CASTELLA
No fue menos el francés. En su primero, estuvo ‘en Castella’, valiente, hierático, pasándose al toro por la espalda. Hubo derechazos y buenos naturales. Un pinchazo hondo y el descabello, le procuraron una oreja justa, pero no rimbombante.
Sin embargo, en el quinto, mostró una dimensión superior. Con inteligencia y buen gusto, administró la clase y fijeza del astado, que tenía escasa fuerza. Le dio las pausas adecuadas. Lo lidió muy bien y luego, lo dejó recuperarse entre serie y serie; cada una de aquellas fueron de soberbios derechazos y aun mejores naturales. La estocada final, algo trasera, le permitió cortar una merecida oreja y así salir en hombros con Enrique Ponce.
ALFONSO DE LIMA
El peruano estuvo bien en su primero, que tenía un lado izquierdo complicado; pero por el derecho, lo muleteó con gusto, a pesar de que tampoco era sencillo llevarlo metido en el engaño; embestía a media altura. Tuvo mérito, que el público no supo o no quiso apreciar.
En el que cerró plaza, Alfonso tuvo el gesto de montarse en el caballo y picar él mismo, como lo han hecho algunos matadores a lo largo de la historia para mostrar su voluntad. El toro tuvo luego una embestida algo sosa, pero él se hizo ovacionar, muleteándolo por ambos lados, con clase y temple. Falló con la espada y perdió una oreja que pudo haber sido suya.
DENUNCIA
Puyas antirreglamentarias en Acho
En lo que va de la feria se han estado usando puyas antirreglamentarias, lo que es directa responsabilidad del presidente de la Plaza de Acho, Víctor Vega Neciosup.
El Artículo 215 del reglamento dice que las puyas serán pirámides triangulares con filos rectos de acero cortante [...] y, además, provistas en su base de un tope de madera cubierto de cuerda encolada y estará terminada en una cruceta fija de acero.
No obstante, se ha estado picando sin encordelado, con una puya que los picadores denominan ‘leona’, lo que va en serio detrimento del espectáculo y del posterior juego de los toros. ¿Y el señor Vega Neciosup? Bien, gracias; no tiene ni idea del tema. Deberían destituirlo de inmediato por negligente.
EL GANADO DE AYER
Se lidiaron cuatro toros de Roberto Puga, uno de Montegrande (tercero, del mismo ganadero) y uno de Santa Rosa (primero). En general, bien presentados. Con edad y presencia los de Puga, como para la categoría de Acho; varios dieron buen juego; estuvo justo el de Santa Rosa.
1. LIBERAL
Santa Rosa, número 182, con 487 Kilos. Negro listón, bragado y meano; jirón y axiblanco. Bajo, bonito de tipo y acapachado de cuerna. Se empleó en el capote, pero recostándose por el derecho. Fue picado en exceso y se le tapó la salida, lo que agravó aun más sus defectos. No tuvo lidia lucida posible.
2. DESCOSIDO
Número 80, con 513 Kilos. Colorado, ojo de perdiz; bragado, meano y axiblanco; muy pobre de cara y astigordo. Bajo, bonito de tipo y serio. Recibió breve puyazo. Tuvo clase y nobleza, pero muy poca fuerza. Metió la cara, pero no tuvo son, por su poca fuerza.
3. HACENDADO
Montegrande. Número 8, con 521 Kilos. Toro con mucha plaza. Colorado, ojo de perdiz. Cornivuelto. Algo montado, lo que condicionó buena parte de su juego, dificultándole humillar. Recibió breve puyazo. Tuvo un buen lado derecho, pero complicado por el otro.
4. FURTIVO
Número 81, con 482 Kilos. Colorado lavado, ojo de perdiz; bocidorado; bajo, bonito de tipo –el más bonito de la corrida–, acapachado de cuerna. Recibió un brevísimo puyazo. Tuvo clase y posibilitó una larga y buena faena a su matador.
5. REVOLTOSO
Número 75, con 511 Kilos. Castaño lavado, bragado, albardado, axiblanco, ojinegro y acapachado. Bajo y bonito de tipo. Tuvo poca fuerza y se dañó la mano derecha, lo que obligó a su matador a darle pausas, pero permitió una larga faena.
6. LAUREADO
Número 70, con 516 Kilos. Negro listón. Bajo y serio. Noble y con clase, embistió con son y humillando por ambos lados, aunque soso.
HABLAN LOS TOREROS
ENRIQUE PONCE
Torero español
“Triunfar en Acho es para mí lo más grande”
Me ha dado mucho gusto haber podido con este último toro y haber triunfado en Acho, que para mí es lo más grande. Creo que ha sido una de esas faenas que calan, que entran en el corazón. Aunque al principio había que poderle y arriesgar, al final he podido reducirle la velocidad a la embestida y ha sido una faena muy completa.
He logrado templar y darle todo el tiempo necesario al toro; he dado muletazos lentos y eternos, aunque el toro no ha sido fácil. Estoy muy contento también porque ha sido una estocada rotunda y ojalá que esta faena sea candidata al Escapulario de Oro; estoy feliz de que esto suceda en mi temporada número 25 y qué alegría celebrarlo así.
SEBASTIÁN CASTELLA
Torero francés
“Ha sido un encuentro casi soñado en Lima”
Me he sentido muy a gusto toreando en Lima. Ha sido un encuentro casi soñado con la afición de Acho. Los dos toros que me han tocado han sido distintos, pero me ha gustado más el segundo, que se ha parado más y me ha dado la oportunidad de torearlo a gusto.
Le he dado mucho tiempo y he toreado con mucha calma. Ese toro estaba agarrado al piso, pero cuando embestía lo hacía con mucha raza y transmitía.
La verdad es que lo he disfrutado mucho. He podido empujarlo para adelante y entrar a matar con el alma. Felizmente, he podido torear con libertad y lentamente; algunos naturales han sido eternos y torear así en Lima ha sido un placer.
ALFONSO DE LIMA
Torero peruano
“He dado lo mejor de mí para gustar”
Decidí picar yo mismo a mi segundo toro y le pedí al picador que me cediera su lugar, porque es una suerte que a mí me gusta mucho realizar y qué mejor que hacerlo aquí, en mi propia casa, la Plaza de Acho.
El primero que me tocó en suerte tenía un lado izquierdo bastante difícil para poder mostrar mi arte; por el derecho se dejaba torear. No obstante todo ello, he dado lo mejor de mi parte para agradar al público.
Mi segundo toro ha estado bien y he tratado de sacar todo lo que llevo dentro de mí para poder lidiarlo y, así, poder gustar a la afición de esta plaza.
FICHA DE LA CORRIDA
TERCERA CORRIDA DE LA FERIA
Plaza de toros de Acho.
Domingo, 9 de noviembre del 2014
Tres cuartos de plaza
GANADO
Toros de Roberto Puga, cuatro a su nombre, uno con hierro de Montegrande y uno de Santa Rosa de Lima, de Alfredo Galdós. En general, bien presentados; dieron buen juego el segundo, cuarto, quinto y sexto; aceptable el tercero.
ALTERNANTES
Enrique Ponce (de tabaco oscuro y oro): silencio y dos orejas.
Sebastián Castella (de azul rey y oro): oreja y oreja.
Alfonso de Lima (de gris perla y oro): silencio y vuelta al ruedo.
INCIDENCIA
La Peña Tendido 10 recabó y precintó, de parte, los pitones de los toros lidiados, tal como lo permite el Reglamento Taurino, los que serán analizados en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.