Las memorias y las novelas
Al escribir reparas que la novela y los sueños tienen una relación similar: mientras que la novela descompone la realidad del escritor (lo visto, lo vivido, etc) en piezas dispersas que se organizan para crear un orden nuevo; los sueños descomponen la realidad del sujeto para desorganizarla en piezas dispersas que crean un orden nuevo aunque no tan coherente como en la novela.
Los retazos de verdad pueden organizar una aparente mentira. En ambos casos, en la ficcion y el sueño, la verdad es siempre la base, aunque se disfrace de una historia. En realidad, la ficcion pura no existe, nadie crea desde la nada. Escribir una novela es expresar una verdad cuyo significado esencial solo el propio escritor puede interpretar a partir del rompecabezas de sus propios recuerdos.
Un novelista vive aterrado por la salud de su niña, lo angustia el ingreso futuro, sabe que no alcanzará la gloria literaria, ha sido turbado por experiencias disímiles, quizás amó y no penetró el palacio del sueño, padeció lo indecible….Muchos elementos que pueden conjugarse para construir una historia que, en definitiva, no es necesariamente la suya, pero que con las piezas dispersas formó un todo orgánico de una biografía distinta.
La verdad está en todas partes, organizada o no, armada o en trizas. Una novela puede ser, bien, el psicoanálisis del escritor, la flor de su secreto que nadie más que él puede interpretar a plenitud.