Fabricio Watanay plasma un necesario sincretismo sonoro y cultural en su sencillo "Cuti Sirenay"
Fabricio Watanay dice ser un tres veces nacido: en Lima, en Cusco, en Texas. En esas localidades se reinventó y moldeó su propuesta musical; también profundizó su búsqueda personal en la composición, investigación y experimentación. Como resultado gestó un primer disco de estudio titulado Soundqoy, que –como él mismo ha definido– será «una mezcla de rock peruano, folklore y sinfónica».
El adelanto “Cuti Sirenay” nos brinda algunas luces de ello, ya que allí entreteje melodías vocales y texturas de una viola electroacústica y las programaciones y efectos surgidos de loop stations. Todas planteadas desde la perspectiva de la tradición cusqueña; y plasmadas bajo la técnica del one-man band (es decir, él solo con sus aparatos e instrumentos, sin una banda detrás).
Además, esta artesanía musical se condice con las letras. Para concretarlas en el track (cuyo nombre se traduce como “El retorno de las sirenas”), Fabricio se inspiró en el río Huatanay (Cusco), que actualmente está contaminado debido a que la población local vierte allí innumerables cantidades de residuos sólidos. Una situación que, en metáfora adecuada, ha ahuyentado a estos seres mitológicos de sus aguas:
«Agua, vida, alma de una ciudad / vida que olvida fuente hecha un basural / Cantemos por el retorno de las sirenas»
Soundqoy se vislumbra así como un elepé de sincretismos sonoros y culturales. Un disco de necesaria escucha, y que será presentado este 14 de junio en el Museo Amano. A agendar la fecha.