8 cómics que debes comprar en la FIL (... y una yapa)
¡Hola a todos! Este es un post que te puede servir de mucho si tienes pensado ir a la Feria Internacional del Libro (FIL) que arranca mañana porque aquí te voy a recomendar 8 novelas gráficas que no tienen pierde. Y si se te pasan los días de feria, igual harás bien en conseguirlos.
Por si acaso, se trata de textos editados en español en los últimos 18 meses, y que giran alrededor de temáticas adultas. No son clásicos de todos los tiempos (como “Maus”, “Watchmen”, “Sandman” o “Persépolis”, por mencionar algunos) ni giran sobre superhéroes (aunque algunos de los protagonistas podrían considerarse así), sino que son obras de reciente data pero que valen la pena leer y releer.
Ah, y son textos que se pueden encontrar ya en librerías de Lima. Dicho esto, pasemos a la lista. Espero que la disfrutes:
1) DEGENERADO (de Chloé Cruchaudet)
Paul Grappe y Louise Landy son una pareja de las muchas que se enamoran en París y de las muchas que se separan cuando estalla la Primera Guerra Mundial. Pero Paul se decide a escapar del horror de las trincheras y huye para reunirse con su pareja. Convertido ahora en desertor, se ve forzado a permanecer escondido dentro de un cuarto de hotel, hasta donde llega todos los días Louise para acompañarlo y padecer, poco a poco, sus enojos, malos humores y pesadillas. Hasta que se les ocurre una posible escapatoria: Paul se disfrazará de mujer para salir a la calle. Pero las cosas se saldrán del cauce cuando él empiece no solo a usar las prendas femeninas, sino también a adoptar su nuevo rol como Suzanne, una mujer lasciva y dominante. La novela gráfica nos sumerge en esta vorágine de juego de identidades y traumas de guerra, a la vez que un dibujo sinuoso, dinámico y sin viñetas nos desliza por una combinación de ocres en los que destaca un uso inteligente del color rojo (en un vestido, en el carmín de los labios, en las banderas, en las heridas…) que nos jala la vista en cada página sin que lo percibamos. Pero más allá del trasvestismo del marido, estamos ante una pareja cargada de tormentos y odios, que es capaz de amarse y lanzarse a un abismo moral, y gozar de esa caída libre. Es una historia en la que es necesario desvestirnos para ver quiénes somos realmente.
2) EL ÁRABE DEL FUTURO (de Riad Sattouf)
Decir que fue uno de los cómics estelares y ganador a la mejor obra de la última edición del Festival de Angouleme -la meca del cómic europeo- debería bastar para presentar esta novela gráfica, pero no. Es mejor decir que se trata de un cuadro por momentos surrealista -no por irreal, sino porque lo que allí se cuenta parece increíblemente tercemundista y conocido- de lo que fue la vida en Libia y Siria a mediados de los años 80. Países del norte de África próximos geográficamente a Europa pero extremadamente alejados de su cultura. Una historia que se sostiene en remembranzas, anécdotas, olores, visiones y sensaciones contadas por un niño rubio católico en medio del mundo árabe. Inolvidables momentos contados con tierna y cínica remembranza por Riad Sattouf. Pero si he destacar alguno, es cuando el pequeño protagonista y sus primos juegan con unos soldaditos de plástico: los que representan a los sirios son verdes y adoptan valientes posturas de guerra; en cambio, los israelíes son azules y se muestran traicioneros (uno lleva la bandera de la paz en la mano izquierda mientras que a su espalda, en la derecha, oculta un puñal) o aparecen derrotados (otro aparece tirado con una bandera clavada en el pecho). A Riad siempre le toca jugar con los azules. Es parte del aprendizaje que da origen al título, un aprendizaje a la fuerza.
3) MI AMIGO DAHMER (de Derf Backderf)
En julio de 1991, fue detenido en Estados Unidos un hombre acusado de haber matado a 17 personas -incluidos dos chicos de 14 años-. Un asesino serial de aquellos que suelen protagonizar películas de horror, solo que este era verdadero y patético. Se trataba de Jeff Dahmer, un homicida que para más señas había practicado sexo con algunos de los cadáveres y se había comido otros. Ese espanto de humano, empero, no se había convertido en un psicópata de la noche a la mañana, alguna vez había sido un muchacho, un joven, un niño, y había compartido aulas y amistad con otros como él… o peores. Y uno de esos compañeros de escuela, en efecto, fue Derf Backderf, periodista, guionista y dibujante de cómics que espantado por lo sucedido, decidió contar cómo el llamado Carnicero de Milwaukee descendió poco a poco al infierno. Esta novela gráfica es la historia de un monstruo visto por terceros, que no se dan cuenta de su transformación, una historia que por momentos hace reír, pero sobre todo estremecer. Y lo más raro, logra que por momentos nos compadezcamos de un asesino porque hasta en su marginalidad adivinamos que hay un ser humano clamando por ayuda. Para una antología, la escena en la que Dahmer se lleva a un perrito al bosque para matarlo pero se compadece de él, acaso la última vez que se apiadó de una posible víctima. Una obra para leer de largo y de noche.
4) EL BOXEADOR (de Reinhard Kleist)
La vida a veces, muchas veces, nos agarra a puñetazos. Y está en nosotros soportar los golpes, tirar la toalla o sobreponernos al inminente nocaut. Eso suena muy bonito y es lo que cualquier padre le diría a su hijo, pero Hertzko Haft no es de los que habla mucho, más bien es un tipo malhumorado y colérico, pegalón y solitario pese a tener una familia. Pero un día su hijo Alan lo acompaña en un extraño viaje y por primera y única vez lo verá llorar. ¿Qué oculta ese hombre en el alma? ¿Qué lleva en la sangre ese judío polaco que llegó a Estados Unidos pasada la II Guerra Mundial? Reinhard Kleist adapta al mundo gráfico la novela que escribió Alan Scott Haft sobre su padre, Hertzko, un boxeador que sobrevivió a los campos de exterminio nazi a base de golpes (de sus manos y de suerte), que trató de nunca hundirse en la desesperación y que padeció la maldad de los nazis y otros hombres de igual o peor calaña (y a veces, pocas, la bondad). Un deportista que rozó la gloria (y el escarnio) cuando batalló de tú a tú con el gran campeón Rocky Marciano, pero que también vio cómo la muerte se apoderaba de sus puños para sobrevivir en medio de esas orgías de sangre concebidas para la diversión de sus carceleros. Conmovedora de principio a fin, una novela indispensable en cualquier casa.
5) CANÍCULA (de Baru)
Las pasiones y las pulsiones se exacerban en verano. El sol es la excusa, muchas veces, para que esos secretos que se escabullen abandonen la penumbra y se exhiban a vista y paciencia. Eso es lo que ocurre en “Canícula”, la adaptación gráfica de la novela homónima de Jean Vautrin. Estamos en una granja donde vive una familia disfuncional, estamos perdidos y sumergidos en un páramo francés, aislados de la sociedad hasta que llega un gringo. Es Jimmy Cobb, un estadounidense que ha cometido un robo y que entierra el botín sin percatarse de que un niño escondido en los trigales lo ha visto. Se desencadena así una cadena de sucesos que les demostrarán a Cobb y a los lectores que el infierno muchas veces está entre nosotros. Personajes histéricos, grotescos, desagradables, cargados con dosis disímiles de locura se entrecruzan con sus ambiciones, temores y deseos, a la par que los cerdos y perros de la granja nos recuerdan que las diferencias con ellos son a veces invisibles. Personajes como el padre de familia que se sumerge en la violencia cotidiana de los correazos y la visita vouyerista a unas vecinas que acampan a varios kilómetros, o la nana de la casa sometida a vejámenes y burlas sobre su edad sin que a nadie le importe. Un dibujo apabullante y una narración cargada de impresionismo hacen inevitable recomendar esta novela gráfica.
6) CUADERNOS RUSOS (LA GUERRA OLVIDADA DEL CÁUCASO) (de Igort)
Esta es una obra difícil de clasificar porque combina prosa, dibujos, poesía y horror. No basta decir que se centra en la historia de Anna Politkóvskaya, una periodista que fue asesinada en el ascensor de su edificio en Moscú en octubre del 2006. No basta señalar que es una novela gráfica donde se denuncian las atrocidades que cometen los soldados rusos contra los pueblos de Chechenia alzados en busca de su independencia. Tampoco alcanza indicar que estamos ante un recorrido -a través de memorias y testimonios, así como de la historia y la literatura- por el sufrimiento de una nación. Un dolor que se pega en el alma de los hombres que pelean por ella y contra ella. Estamos ante un cuaderno, como aquel que podíamos tener en el colegio, donde anotamos lecciones, escribimos nuestras impresiones y plasmamos en dibujos el paso del tiempo. Es cierto que aquí nos encontramos con actos espantosos de tortura y abuso (“la crueldad humana estimula la imaginación”, reflexiona uno de los personajes que las padeció), pero lo es más que es una obra cargada de humanismo. “¿Qué clase de mujer eres, indiferente a la violencia, al placer…?”, le pregunta un abusivo oficial a Anna. Y ella responde, contundente: “No creo que pueda entender qué clase de mujer soy. Qué va a entender usted de la vida… si nunca ha leído una sola línea de Tolstói ni de Dostoievski”…. Lo dicho: prosa, dibujos, poesía…
7) LÉO, LÉA (de Zidrou y Benoit Springer)
A veces, en la simpleza hay demasiada complejidad. Y muchas veces, la belleza viene acompañada por tristeza. No sé cómo describir esta novela gráfica, contar de qué trata, sin romper con las sorpresas que irrumpen a cada página. Pero sí puedo decir que hay que leerla varias veces, meditar sobre cada viñeta, para sentir lo que sus protagonistas viven: un viaje -el mismo que todos iniciamos al nacer- con nuestras maletas cargadas de piedras. Diré, en todo caso, que la línea principal de esta novela gráfica va sobre Léa, una joven muchacha que anda en búsqueda de muchas cosas y de nada, que ve interrumpida una tarde de sexo ocasional con la noticia que su padre ha fallecido. Seremos entonces testigos y partícipes de cómo ese deceso despierta en ella los recuerdos, las dudas, las penas ahogadas tantos años. Y a través de un cruce de líneas temporales abordaremos temas tan distintos como el aborto, la infidelidad, la amistad, la música, la muerte misma… Hay personajes secundarios que dicen poco y lo dicen todo, como el hermano mayor de Léa a quien no conoció (Léo), y otros como su amiga Bislot, acaso el que más amor por la vida trasluce en todos sus actos. ”¡Los padres no saben todo el amor que puede haber en el dibujo de un niño!”, exclama Léa en un sentido momento. Quizá lo mejor que se puede decir de este cómic es que uno se convence de estar ante personas y que participamos de sus vidas.
8) AMBULANCIA 13 (de Cothias, Ordas y Mounier)
Louis-Charles Bouteloup es un joven cirujano francés que en 1916 se incorpora al equipo médico del frente en la I Guerra Mundial. Pronto descubrirá que todo lo que creía conocer sobre agujas de sutura, gasas y cloroformo no se acercan ni por asomo al espanto de tanta sangre, carne, pus y huesos que se acumulan frente a sus ojos y ante sus manos. Como oficial de la ambulancia 13, Louis-Charles se encontrará con amigos y enemigos, una joven que recién ha hecho sus votos, un sacerdote al que le que queda poco de cura, un comandante más preocupado por llegar a ser general que del combate mismo, soldados con nombre propio y también anónimos que se cargan de patriotismo. Y enquistados, allí donde parece imposible, el honor (respetado aun entre enemigos), la política (enquistada como un obús en pleno combate) y la colisión permanente entre la convicción y la autoridad. Louis-Charles, el médico que muere un poco con cada persona a la que intenta salvar, pero sobre todo, un cómic en el que cada viñeta, cada elemento allí colocado, cada dibujo, cada arma, cada uniforme, cada paisaje es un pedazo de historia real arrancado de cuajo de las páginas de la ignominia.
¿Y LA YAPA…?
Bueno, aligeremos un poco el tono de las recomendaciones con un poco de humor. El que se evidencia en la serie “GUÍA DEL MAL PADRE” (de Guy Delisle), un recuento de las peripecias gráficas que vive con sus dos hijos y antes los cuales se presenta con todos sus defectos, errores, malas maneras y metidas de pata. Pero lo más curioso es que logra que nos identifiquemos con él y su cotidianidad. No tiene pierde, si lo que se quiere es sonreír.
¿Y TÚ TE ANIMAS A LEER ALGUNO DE ESTOS CÓMICS?