Inspirada en países como Japón, China y Tailandia, la decoración oriental tiene entre sus características el uso del blanco, un tono que brinda tranquilidad, indica la interiorista Giovana Sessarego. El blanco puede estar en las paredes y el mobiliario. También están los marrones y beige, vinculados con la naturaleza: sobre estos se pueden aplicar toques de negro, rojo, naranja o azul.
Los muebles más usados son los de madera y de diseño sencillo. Estos pueden ser completamente rectos o lucir bordes curvos, como los típicos techos de los templos orientales.
Detalles sutiles
Otros elementos usados son los biombos, que sirven para dividir la sala del comedor o para ubicarlos en el dormitorio, y así crear una zona de vestidor. En el baño puedes integrar piedras de canto rodado.
De buscar un estilo oriental más marcado, una alternativa es usar papeles decorativos y tapices. “Los patrones más usados son las figuras geométricas y los paisajes en donde se ven pagodas, aves o la vida en las aldeas”, indica la interiorista Jessie D’Angelo. Estas tramas pueden estar presentes en sofás, cortinas, ropa de cama y cojines.