Los secretos para combinar distintas texturas en un ambiente

Cuando se busca enriquecer la decoración, una salida es incluir texturas en paredes, pisos y elementos decorativos. “Ayudan a imprimir ritmo y volumen en un ambiente”, indica la arquitecta Gisella Vicente.

En espacios contemporáneos, el mármol y el granito son capaces de darle protagonismo a los pisos y las paredes con sus atractivas vetas. El porcelanato es otro revestimiento apreciado, ya que imita con realismo la textura de algunos materiales, como la madera, la piedra, y el cemento.

“En un entorno industrial, se puede mezclar una pared de ladrillos, que posee una superficie rústica, y un piso con textura de concreto o con madera avejentada, que pueden ser cerámicos con estos efectos”, indica Vicente.

Si se trata de estancias monocromáticas, las texturas son capaces de aportar dimensión. Un muro principal, como el que se ubica detrás del sofá, intervenido con la técnica del estucado y con un acabado rugoso, añade un punto focal en un ambiente de trabajo con colores de una misma paleta.

Distintas alternativas perfectas
Hoy en día es posible encontrar revestimientos que ofrecen efectos ópticos interesantes, como el cerámico en alto relieve con detalles geométricos o de líneas onduladas, para aportar dinamismo. Lo ideal es que los demás muros mantengan una imagen lisa y sencilla para no restarle protagonismo.

Otra forma de agregar textura es a través de los textiles. “Las telas que aportan volumen son las que poseen tramas. Y por lo general elige las que exhiben parte de la fibra, como los linos, sedas y los terciopelos”, menciona Mónica Fernández, de Romantex.

Para lograr una combinación acertada, elige un diseño que sea el protagonista, y compleméntalo con patrones de menor escala que rompan con la forma, secuencia o dimensión de la textura principal. Así, por ejemplo, el sofá puede estar tapizado con un tapiz paisley con motivos grandes, y los cojines con un diseño a cuadros o rombos de menor tamaño.

“Los diseños no deben competir entre sí. Y para lograr una propuesta que posea un nexo entre las texturas, los tapices deben ser de la misma gama de color o deben compartir algunos tonos principales”, puntualiza Fernández.