Las piezas de nailon y dralón son resistentes a la humedad y conservan su forma luego del lavado. (Foto: Rug Vista)
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Redacción EC

El nos permite añadir dosis de textura y color a los espacios de tu casa a través de las alfombras. Las de fibras vegetales, como el sisal y yute, son las más utilizadas por su frescura y tono natural.

También están las alfombras de algodón, lana de oveja, alpaca y llama de tejido plano. Suele pensarse que generan calor, pero sus propiedades atérmicas las hacen propicias para el verano. También son agradables al tacto.

Otra opción son las alfombras sintéticas hechas de polipropileno y poliéster, que se caracterizan por ser resistentes a la luz solar y antialérgicas. En este grupo se encuentran también las de nailon y dralón, que son más finas y duraderas. Además, soportan la humedad, repelen la suciedad y conservan su forma después del lavado.

Decora con alfombras de tonalidades frescas, como azul, verde, amarillo y turquesa. Ten en cuenta que los muebles (sofás, mesa de comedor, sillas) deben ser neutros, para que el tapiz destaque. Considera que si tiene tramas llamativas, lo ideal es que las superficies sean traslúcidas para que el diseño pueda apreciarse a plenitud.

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