Corresponsales Escolares

La pandemia del ha generado y agravado diferentes problemas en la vida de las personas. Uno de ellos es el sedentarismo, que resulta especialmente preocupante en el caso de los adolescentes que pasan la mayor parte del día sentados frente a sus computadoras. Casi dos años después de que se iniciara el confinamiento y se suspendieran las clases presenciales conviene preguntarse qué consecuencias puede tener la falta de actividad física en la salud y desarrollo de los jóvenes y qué recomendaciones se deben seguir para atacar este problema.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al sedentarismo como “la poca agitación o movimiento”. En términos de gasto energético, se considera que una persona es sedentaria cuando en sus actividades cotidianas no aumenta más del 10% la energía que gasta en reposo (metabolismo basal).

Va mucho más allá de una cuestión estética, el sedentarismo entre los jóvenes pone en riesgo su salud física y mental a corto, mediano y largo plazo. Las mujeres son menos activas que los varones. En Latinoamérica, las tasas de inactividad son aún superiores y la brecha entre género es más amplia.

Encuestas y entrevistas que este grupo de corresponsales escolares realizamos a adolescentes de diversos lugares del Perú demostraron que los jóvenes están conscientes de que el sedentarismo es un problema y conocen las consecuencias que podría provocar a corto y largo plazo. Asimismo, los menores consideran que las clases virtuales, así como las actividades extracurriculares y el uso descontrolado de la tecnología les resta tiempo que puede ser destinado a realizar ejercicio físico.

Yo paso alrededor de 8 horas frente a la computadora por las clases, además de 2 horas por tareas. Estar sentado ese tiempo es algo agotador, aunque no parezca. Cansa mucho y además de tanto ver la pantalla se cansa también la vista. Cuando tengo un tiempo libre trato de estirarme un poco porque estar sentado cansa bastante, incluso duele un poco la columna. Para caminar un poco voy por un vaso con agua”, cuenta Alonso, estudiante de 18 años.

Alexandra, 12 años, también pasa más de 10 horas sentada y, al igual que Alonso, siente dolor de espalda y malestar muscular. Aunque a veces prende su cámara para el curso de educación física la menor reconoce que su actividad física ha disminuido en la pandemia.

De las clases presenciales extraño jugar con mis amigos en el recreo, las olimpiadas. No hago mucha actividad física, en mis tiempos libres converso con mis amigos por Discord”, comenta.

Muchos menores pasan más tiempo frente a pantallas desde el inicio de la pandemia. (Foto: AFP)
Muchos menores pasan más tiempo frente a pantallas desde el inicio de la pandemia. (Foto: AFP)

La mayoría de los estudiantes entrevistados realiza en promedio una hora y media de actividad física a la semana, lo cual es insuficiente ya que la OMS recomienda que las personas dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana.

Los adolescentes afirman que se encuentran decaídos y frustrados por no llevar a cabo más actividades físicas y consideran que el retorno a clases presenciales los ayudaría a lograrlo.

Un problema serio

Entre las consecuencias que el sedentarismo puede provocar en los adolescentes está una baja autoestima, depresión e incluso la afectación de su rendimiento escolar. La psicóloga Alejandra Iturrioz explica que el sedentarismo no solo afecta el aspecto físico, sino también el emocional, ya que este aumenta los sentimientos negativos (como la cólera o tristeza), que pueden ser liberados mediante la actividad física, la misma que nos da más energía para nuestras actividades.

El sedentarismo en los jóvenes se ha ido incrementando cada vez más. Es muy importante que tengamos un equilibrio entre nuestra salud física y salud mental. Hay muchas investigaciones que recomiendan que tengamos una actividad física diaria de por lo menos 30 minutos y también que cuidemos nuestro sueño”, dice Iturrioz, quien señala que una buena estrategia puede ser hacer una pequeña rutina de ejercicios dentro de la misma casa.

Los problemas de salud física, como la obesidad, y emocional pueden agravarse con el sedentarismo. (Foto: AFP)
Los problemas de salud física, como la obesidad, y emocional pueden agravarse con el sedentarismo. (Foto: AFP)
/ kwanchaichaiudom

“Cuando me ejercito y evito un comportamiento sedentario voy a tener emociones mucho más reposadas, lo que significa que voy a estar mucho más tranquilo. Cierta tensión emocional que yo pueda tener la voy a descargar con las actividades físicas”, agrega.

Adicionalmente, enfatiza que la cantidad de horas que dedicamos al sueño son importantes, ya que no dormir bien puede afectar el aprendizaje y la concentración. Un ejemplo sería la situación de una joven a la que entrevistamos, la cual cuenta que es fanática del K-pop y suele quedarse despierta en las madrugadas para no perderse ninguna transmisión en vivo de sus ídolos coreanos. Ello ocasiona que no duerma bien y se sienta exhausta al día siguiente.

No hacer una actividad física adecuada tiene muchos riesgos. En los jóvenes se está asociando a problemas cardiovasculares. También han aumentado los casos de aumento de peso. Todo eso conlleva a más probabilidades de depresión y ansiedad, casos que deben ser diagnosticados por un profesional de la salud mental. La actividad física nos ayuda en todo, tanto para tener salud física como para tener salud emocional”, explica.

Los estudiantes y la psicóloga entrevistados coinciden en que uno de los problemas de la educación a distancia es el poco espacio que se le da al curso de educación física, una asignatura que debería ganar importancia cuando finalmente se retorne al colegio.

Esta nota periodística fue elaborada por los corresponsales escolares Jireh Núñez, Guadalupe Roldán y Valeria Porras del colegio Innova Schools La Paz 2. Bajo la mentoría de la periodista Milagros Asto Sánchez y la docente Celeste Pachas.