ELKIN SOTELO C. @Elkinsot_DT
Las secuelas del 7-1 de Alemania a Brasil se plasmaron en el Arena do Corinthians. El temor por la derrota o el escándalo fueron más fuertes que el deseo de ganar en los 120 minutos entre albicelestes y tulipanes.
Pero Argentina encontró el desahogo en los penales. Ganaron por 4-2 y esta vez Louis van Gaal no ubicó a Tim Krul para adivinar los disparos; más bien la figura fue el golero Sergio Romero quien atajó dos penales y puso a los albicelestes en la final de la Copa del Mundo 2014.
El cotejo culminó 0-0 en tiempo suplementario sin poder determinarse con exactitud cual de los dos equipos dominó las acciones. En Argentina Messi solo apareció a la hora de disparar el penal que le correspondía y en Holanda Robben buscó un poco más, pero cuando pudo definir al minuto 90', Javier Mascherano le bloqueó un remate que pudo ser el gol del triunfo.
Hago la distinción entre Argentina y Holanda de inicio. Decepcionó que el equipo de Sabella no terminó de llenar lo ojos en todo el mundial. Y siempre contó con mayores individualidades para desequilibrar y proponer juego. Ni siquiera fantasía, apenas un poco de fútbol como Dios manda.
En cambio apostó por tener mucho cuidado en defensa y desatender los pedidos de Messi para contar con una pelota limpia para encarar. En el primer tiempo quien se salía esporádicamente de ese libreto era Enzo Pérez, rompiendo líneas, pero encontrándose con un muro anaranjado imbatible con De Vrij y Vlaar.
En el esquema de Sabella los llamados a trascender y marcar diferencias no eran los hombres de ataque. Javier Mascherano se llevó los mejores comentarios porque tuvo una ubicación inmejorable y el olfato necesario para cortar las zonas por donde Holanda intentó llegar. Después de él y muy parejos, la dupla de centrales Demichelis y Ezequiel Garay. El resto solo estuvo preocupado de no desentonar.
Argentina mostró mucha concentración para controlar a Holanda y alejar el peligro de su área. Tuvo ligeras insinuaciones a partir de jugadas aisladas de Lavezzi, pero no como un conjunto dispuesto a buscar el triunfo a través de un colectivo de ataque.
Holanda, con menos hombres talentosos, jugó a lo que Van Gaal propuso desde el primer partido del mundial: esperar en campo propio y solo salir si es que el rival ofrecía espacios. El caso es que se sorprendía de que durante muchos pasajes del encuentro, Argentina se replegaba cediéndole el protagonismo del partido, algo que los naranjas no están acostumbrados a tener.
Arjen Robben estuvo bien marcado y solo pudo desequilibrar en la mencionada jugada del minuto 90. Pero el argumento argentino fue muy valioso porque evitaron también hacerle faltas cerca y dentro del área, donde el holandés ha sido determinante o finge a la perfección.
MINUTO CLAVE (95')
Al haber terminado encima de Argentina los últimos 15 minutos, Van Gaal decidió a los 95' mucho de su destino porque optó por sacar a Robin van Persie (cansado y golpeado) e ingresar a Klas-Jaas Huntelaar. Eso no tendría nada de raro si es que no se trataba del tercer cambio del holandés. Así quedó sin posibilidad de entrar para los penales el impredecible Tim Krul, quien había sido el héroe ante Costa Rica.
Parecía que Holanda asumía el riesgo de ganarlo en el suplementario y por ello la confianza para el portero Cillessen. Pero las acciones se diluyeron en más de lo mismo, siendo un final muy entreverado sin un claro dominador, incluso, aburrido para muchos.
La ruleta de los penales siempre es una historia aparte que define al clasificado obligatorio más no al mejor de los dos contrincantes necesariamente. Aquí empezaría la actuación soberbia de Sergio Romero. Su antagonista, Jasper Cillessen, había entregado un gran partido, incluso con infartantes fintas y regates hacia los delanteros argentinos Higuaín y Agüero, pero absolutamente inexperto para afrontar penales.
Romero tuvo en sus manos la mayor alegría que su país ha tenido en 24 años. Hoy Argentina llegó a la final no por Messi y sí por su golero a quien llaman 'Chiquito'. Pues bien, hoy este personaje en diminutivo tuvo el poder de poner a su selección en la gran final ante Alemania. Demostró mayor agilidad y fuerza para controlar dos penales (Vlaar y Sneijder), mientras que Cillessen ninguno.
¿Argentina pinta para campeón?. En una final el antecedente ya no importa. La historia ha vuelto a cero.