Redacción EC

Ni bien observó a  al entrar por la puerta de la habitación en la que aguardaba con impaciencia su aparición, rompió en llanto. Michael Steven, un niño de 12 años nacido en Bogotá, estaba inconsolable. No podía creer que estaba enfrente de su máximo ídolo. Y no dejó de llorar. Por el contrario, hizo lagrimear al delantero.

Falcao derramó algunas lágrimas, se llevó la mano a la cara, una vez que el pequeño de doce años le dijo: “Yo sé que se va a recuperar, esta pierna Dios se la va a fortalecer, y no lo digo para que esté en el Mundial, sino porque te mejores, te mejores”.

El niño besó la mano de Radamel. “Lo quiero mucho, lo veo siempre que voy a donde voy, lo nombro, lo quiero”, le dijo. El momento dejó sin palabras al futbolista del , de quien su participación en el aún es una incógnita debido a una lesión.

En mi corazón tengo todo lo suyo, la camiseta, todo. Lo veo. Estoy pendiente en Facebook. Siempre que pasa algo de ti lo publico”, continuó Michael. “Y por favor, yo sé que se va a recuperar, lo sé”, repetía, y a la vez besaba la mano a su ídolo. “Por favor, grábenlo con mi tableta”, pidió.

“Te voy a decir una cosa... Dios es el éxito y como tú crees en él, vas a estar en lo alto”, insistió entre sollozos. “Te lo digo: esta pierna (derecha) y esta pierna (izquierda), van a estar fuertes. Mira, yo soy flaquito...”, agregó, mostrando su pierna izquierna, provocando risas entre los presentes. 

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