El bombazo al ángulo de Patrice Evra dejó atónitos a todos. Uno hubiera pensado que también los jugadores del Bayern, que no esperaban ir abajo en la serie y menos de tal forma. Sin embargo, el equipo de Guardiola reaccionó al instante. Ni siquiera habían terminado de celebrar los hinchas ingleses cuando Mandzukic, con un cabezazo letal, puso el empate para los bávaros. Y así comenzó la remontada que terminaría en un 3-1 contundente para los alemanes en los cuartos de final de la Champions League.
Le costó al Bayern de Pep superar a este poco técnico pero bien ordenado Manchester. Le costó generar ocasiones, sobre todo en el primer tiempo. La siguiente estadística grafica bien lo que fue el partido: más de 60% de posesión para los locales, y ninguna atajada de De Gea. Los de Múnich tocaron y tocaron, movieron el balón como péndulo en las afueras del área inglesa, pero no encontraron los espacios. Los remates pegaban en las piernas de los zagueros 'Red Devils'. Los centros eran despegados por Smalling y Vidic.
Los primer 45' fueron un monólogo de un Bayern dominador, sin opciones de gol. Todo cambió en la segunda mitad. El Manchester comenzó el partido más enchufado, le robó el balón al Bayern y lo atacó. Necesitaban un gol los dirigidos por Moyes para llevarse la serie. Y el gol llegó. Patrice Evra desenfundó la pierna izquierda como nunca en su vida para desatar la euforia en el banco del United. Como decíamos, le duró poco la alegría a Evra y compañía. Mandzukic puso el empate rápido de cabeza.
El encuentro volvió a dar otro giro. Se convirtió en ida y vuelta con opciones para las dos. El que aprovechó fue Bayern. Robben, que se cansó de tirar centros y desbordar por derecha, por fin logró habilitar a Müller, quen no había aparecido hasta entonces. El alemán la empujó al arco en el área chica. El 2-1 complicó mucho más al United, que no sabía que salir a buscar el empate (que le hubiera dado la clasificación) o cuidar el arco para no recibir más tantos. En esa indecisión, apareció Robben con su jugada típica para decretar el 3-1 definitivo.
Ingresó Pizarro y tuvo una: Ribéry le cedió un balón dentro del área, Claudio estaba incómodo pero se las arrelgó para quedar defrente al portero. Remató de punta, aunque sin dirección. Fue fácil para De Gea. No pudo hacer más el United, no tenía con qué hacerle daño al Bayern. Rooney no combinó nunca con Welbeck y Valencia era el único que intentaba hacer cosas distintas por derecha. Así se terminó la historia de este Manchester en Champions. El campeón lo derrotó y va por su segunda Champions consecutiva.
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