Una avería en el coche impidió seguir en carrera al peruano Lucas Barrón, el primer participante del Dakar con síndrome de Down, que ejerce de copiloto de su padre Jacques Barrón en un UTV (vehículo utilitario todoterreno).
Los problemas mecánicos impidieron que los Barrón completaran la tercera etapa del rally, entre San de Juan Marcona y Arequipa, en Perú, una de las más duras de toda la carrera, con 331 kilómetros cronometrados sobre dunas y altiplanos pedregosos.
El vehículos de los Barrón pudo pasar el primer tramo donde había mucho polvo y fesh-fesh (arena muy fina), a pesar de que el terreno estaba muy maltratado por el paso de los camiones.
Incluso llegaron a superar al piloto español Carlos Sainz, que se encontraba detenido en los primeros kilómetros tras haber roto una rueda a causa de un golpe contra un agujero que había en el terreno, y donde el madrileño se quedó casi sin opciones de ganar el rally.
El coche de los Barrón dijo basta cuando se disponían a subir Duna Grande, la duna más alta de Perú y segunda del mundo, con 1.693 metros de altitud, según relató Jacques, quien antes corrió cinco veces el Dakar en moto.
Padre e hijo lograron llevar el coche remolcado durante casi 500 kilómetros hasta Arequipa, donde tratarán de repararlo para poder reincorporarse a la carrera después de la jornada de descanso que el rally tendrá el sábado 12 de enero.
Los Barrón se aprovecharán así de la novedad en la reglamentación de este Dakar, que permite volver a la carrera a los autos y camiones que abandonen en la primera semana de competición.
Entre los que ayudaron a Jacques y Lucas Barrón estuvo el equipo español de SsangYong, cuyos mecánicos remolcaron el coche durante varios kilómetros y además les dieron de comer pan con jamón serrano para que recuperaran fuerzas.
Fuente: EFE