La imposibilidad de hacer frente a un traspaso por 18 millones de euros ahora y romper el equilibrio económico impuesto estatutariamente por la junta directiva del Barcelona han finiquitado las opciones de fichar en este mercado invernal a Nolito, el delantero del Celta pretendido por el club azulgrana para reforzar su equipo.
El artículo 67 de los Estatutos del club azulgrana establece que el equipo directivo no puede superar una deuda situada 2,5 veces por encima del EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones).
En la actualidad la misma se sitúa en un ratio de 3,2, ya que la deuda total del club catalán es de 328 millones de euros, mientras que el EBITDA es de 105 millones.
Por eso el Barcelona negoció hasta ayer mismo con el Celta la posibilidad de conseguir una cesión a coste cero hasta finales de temporada y acometer el fichaje -la cláusula de Nolito es de 18 millones de euros- a partir del 1 de julio de 2016, con lo que la operación sería contabilizada en el siguiente curso económico.
Sin embargo, la operación no se ha podido cerrar y aunque el mercado invernal está activo hasta el próximo 1 de febrero, difícilmente se podrá concretar ni esta operación ni tampoco la de Denis Suárez (Villarreal), que podría ser repescado al término de la temporada a cambio de 3 millones de euros, que es la cantidad estipulada en la opción de recompra que en su día el Barcelona incluyó en su contrato.
El problema es pues económico. El Barcelona de Sandro Rosell heredó una deuda de 430 millones de euros en 2010, que se rebajó hasta los 289 en 2014 y aumentó hasta los 328 millones en 2015. Durante ese tiempo se aprobó la citada cláusula del EBITDA para controlar el gasto y al final, esta circunstancia ha impedido cerrar esta operación, pero también otras.
Esa situación económica le obliga, además, a frenar la renovación de Neymar también a partir del 1 de julio, cuando la situación económica sea otra, aunque para que eso ocurra el club azulgrana tiene que cerrar diferentes negociaciones.
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Antes de la celebración de las elecciones del pasado verano, el entonces vicepresidente Javier Faus apalabró la renovación con QSI (Qatar Sports Investment) del contrato para la camiseta principal.
Se trataba de un preacuerdo por 240 millones de euros y por cuatro temporadas -60 por cada una de ellas-, aunque tras las elecciones el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, intentó renegociar las condiciones y la operación entró en una vía muerta, debido a la negativa de los patrocinadores.
Paralelamente el club catalán está negociando con Nike las condiciones de su compromiso. La relación entre el Barcelona y la empresa del bumerán se inició en 2003. En la última temporada, el club catalán ha percibido algo menos de 35 millones de euros de Nike, aunque diferentes informaciones aseguran que en el nuevo contrato, el Barça podría recibir una cantidad cercana a los cien millones.
Estos son los frentes abiertos, con QSI y con Nike, la renovación de Neymar y la posibilidad de acometer en verano el regreso de Dennis Suárez por 3 millones de euros. La vuelta de Nolito, que era una prioridad ahora, será una cuestión a valorar en verano, cuando Luis Enrique y la dirección deportiva igual disponen de otras opciones.
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