Juventus: La eficacia de una vieja escuela [OPINIÓN]
Juventus: La eficacia de una vieja escuela [OPINIÓN]
Guillermo Oshiro Uchima

Hace un par de días, en el Congreso Somos Fútbol en Río de Janeiro, Marcelo Bielsa dio otra muestra de su cordura extrema. El ‘Loco’, conocido por no renunciar jamás a su manual de estilo único, explicó que la efectividad y la belleza del juego no eran patrimonio de una sola idea futbolística. “Que hayan matices no los vuelve mejor ni peor, sino distintos”, sintetizó el técnico argentino para ensalzar propuestas disímiles como las de Diego Simeone o Jorge Sampaoli.

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Sin embargo, cualquier propuesta que busque la excelencia deberá tener necesariamente el equilibrio como denominador común. Bajo esa regla se sustenta una vieja escuela menospreciada por su pragmatismo, porque la belleza del fútbol no siempre tiene que ver con el toque, posesión y lujos, también puede ser poética desde la simpleza.

El ejemplo actual es la Juventus, un equipo que sienta sus bases sobre el típico sistema defensivo italiano, con muchos hombres dispuestos a destruir y obstaculizar el juego del rival. Pero ello no debe cegarnos ni hacernos creer que su éxito radica exclusivamente en su gran arte para mantener el cero en su arco. La escuadra de Massimiliano Allegri es eficaz cuando ataca: 21 goles en 12 partidos de Champions es un promedio nada despreciable habiendo recibido solo 3 tantos. A ello se le llama equilibrio y eficacia.

Su solidez defensiva empieza por el increíble Gianluigi Buffon –sería justo que esta vez al menos sea finalista al Balón de Oro– y tiene en Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini a un tándem impasable. Son dos recios zagueros tiempistas que juegan totalmente sincronizados como relojes suizos. Los tres arman un triángulo difícil de vulnerar y sostienen todo el sistema de seguridad. El resto del equipo aporta mucho músculo y cada línea es un campo minado para el rival.

Sin embargo, el secreto de su equilibrio está en el juego de transición que resuelven con rapidez y simpleza Miralem Pjanic y su rueda de auxilio Sami Khedira –ayer fue Claudio Marchisio–. Ellos son el primer pase seguro –largos o cortos– a los contragolpes bien ejecutados por el vértigo que imponen Dani Alves, Juan Guillermo Cuadrado y Alex Sandro, o el ida y vuelta del inagotable Mario Mandzukic en la banda izquierda. La cuota de ingenio tiene el sello de Paulo Dybala y la concreción recae en el 'Pipita' Higuaín, un goleador con estadísticas top en Europa. Cuando la Juve ataca, lo hace en bloque, no como una simple aventura del momento. Jamás menosprecia el balón ni tampoco la posesión; sabe bien cuándo ejecutar el rol que le dicta el partido.

Esta Juve quizá no genera muchos adeptos, pero, como dice Bielsa, la eficacia es la que determina el éxito y la belleza de un estilo. El equipo de Allegri cumple con todos esos requisitos.

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