"Cortina de humo", por Raúl Cachay

Durante la última semana, los medios deportivos peruanos, tan propensos a las especulaciones delirantes, le han dedicado demasiado espacio a la anunciada –y francamente improbable- llegada de Diego Forlán como refuerzo estelar de Universitario para la próxima temporada. Una especie noticiosa de esa naturaleza debería ser puesta en duda desde el saque, porque no hace falta ser muy perspicaz para entender que el Balón de Oro de hace apenas cuatro años, por más viejo que esté ahora mismo, debe seguir teniendo ofertas muchísimo más tentadoras que la de jugar los descuentos de una carrera futbolística tan brillante como la suya en un torneo, como el peruano, en el que literalmente es posible que te parta un rayo en pleno partido.

Una cosa es terminar en un cementerio de elefantes donde todo está milimétricamente organizado y es posible nutrir la billetera sin hacer mayor esfuerzo, como el fútbol japonés, y otra, muy distinta, es hacerlo en un páramo deportivo donde hoy prima el caos (¿le habrán contado a ‘Cachavacha’ acerca de los últimos cachivaches de nuestro balompié, como la final postergada o las elecciones de la FPF?), la violencia y la mediocridad. ¿Un jugador que hasta hace poco nada más anotaba goles para el Inter de Milán, el Manchester United o el Atlético de Madrid encontrará alguna clase de motivación, a los 35 años, para hacer lo propio en el Campeones del 36 o en el césped sintético del Elías Aguirre? ¿Un spónsor millonario o su (supuesta) amistad con Chemo del Solar son argumentos lo suficientemente poderosos como para convencer a un crack internacional que termine de quemar sus cartuchos futbolísticos en el campeonato peor organizado de la región? Por otro lado, si finalmente ocurriera el milagro y la U consigue fichar al uruguayo, ¿cuántos partidos terminará jugando? ¿Y si llega con la ‘pólvora mojada’? ¿La inversión, por más privada que sea, valdrá realmente la pena? ¿Alguna marca de cerveza organizará una campaña para pagarle el sueldo a Forlán en lugar de remodelar los vestuarios de la Vidú?

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