Hanna Awugichew (a la derecha) y Sada Adem (cuarta desde la derecha) entrenan junto a otras atletas en un bosque junto a la aldea etíope de Bekoji. (Foto: Eduardo Soteras/AFP)
Hanna Awugichew (a la derecha) y Sada Adem (cuarta desde la derecha) entrenan junto a otras atletas en un bosque junto a la aldea etíope de Bekoji. (Foto: Eduardo Soteras/AFP)
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Agencia AFP

Hace ocho meses, Hanna Awugichew, clasificada para una competición nacional de 400 metros, se veía ya como una nueva estrella ascendente de la carrera en , siguiendo el ejemplo de Kenenisa Bekele, uno de los ídolos de su ciudad, Bekoji.

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Pero esta trayectoria se ha visto trastocada por la de , que obligó a las autoridades a anular la prueba y a decretar el estado de emergencia que, entre otras medidas, restringe las condiciones de entreno de los atletas.

“Nos habíamos preparado para la competición, habíamos entrenado bien, pero no hemos podido competir por el coronavirus, fue muy decepcionante”, afirma, añadiendo que tenía “muchas ganas de ganar”.

Una historia más en Bekoji, ciudad modesta a 225 kilómetros al sur de Addis Abeba, de la que han salido estrellas etíopes de la carrera, que en conjunto han ganado no menos de 18 medallas olímpicas.

Hanna Awugichew, atleta de 16 años, corre por el mercado de la aldea de Bekoji. La localidad está ubicada 225 km al sur de Adís Abeba, capital de Etiopía. El poblado es reconocido por alumbrar grandes corredores, que en conjunto han ganado 18 medallas olímpicas. (Foto: Eduardo Soteras/ AFP)
Hanna Awugichew, atleta de 16 años, corre por el mercado de la aldea de Bekoji. La localidad está ubicada 225 km al sur de Adís Abeba, capital de Etiopía. El poblado es reconocido por alumbrar grandes corredores, que en conjunto han ganado 18 medallas olímpicas. (Foto: Eduardo Soteras/ AFP)
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El domingo, Kenenisa Bekele, ídolo del lugar y cinco veces campeón del mundo, se medirá en la de Londres al icono keniano y poseedor del récord mundial sobre esta distancia Eliud Kipchoge.

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Fatiya Abdi, que entrena a Hanna Awugichew y otras 40 jóvenes, espera que este acontecimiento permitirá salir de la apatía producida por el coronavirus e iniciar una vuelta a la normalidad.

“La carrera en la que participará Kenenisa motivará a los habitantes de la ciudad y a los atletas”, dijo.

Para centenares de jóvenes, que aspiran a seguir el camino de los grandes nombres de Bekoji, como Derartu Tulu, Fatuma Roba y Tirunesh Dibaba, 2020 fue un año en blanco, hasta el levantamiento del estado de emergencia y la vuelta a los entrenamientos en septiembre.

Entrenar solo

En una época normal, los corredores de Bekoji transforman cada mañana los gigantescos bosques de eucaliptos de la ciudad en campos de entrenamiento. Veloces, los atletas corren entre los árboles, respondiendo a las órdenes de sus entrenadores.

Pero estos lugares se han vaciado con la llegada del virus a Etiopía, a mediados de marzo.

“Cuando apareció el COVID-19 pensamos que sería cosa de una o dos semanas”, dice Fatiya Abdi. Acabó pasando meses intentando mantener un programa para sus atletas, sin verlos, contactando por teléfono.

“Les dije que el coronavirus era mortal, pero que no debíamos descuidar nuestro entrenamiento”, explica.

Aunque útiles, las llamadas “no eran lo mismo”, lamenta Sada Adem, de 17 años, que se había clasificado para un 1.500 metros a nivel nacional.

Un misterio

Las proezas de los atletas de Bekoji en largas distancias son legendarias y fueron objeto de un documental premiado de Jerry Rothwell, “La ciudad de los corredores”, en 2012.

Pero la razón misma de este éxito es un misterio para sus habitantes, que apuntan a la altitud -2.800 metros en lo más alto- o la dieta local, rica en trigo y sorgo. Estas características, sin embargo, están lejos de ser raras en el resto de Etiopía, un paraíso para los maratonianos.

Otra explicación sería el deseo de los jóvenes de emular los éxitos de sus predecesores.

Es por lo que Fatiya Abdi, la entrenadora, desea tanto que vuelvan acontecimientos deportivos como el maratón de Londres.

El domingo, la ilusión en Bejoki irá más allá de los jóvenes corredores. En el Tola Café, uno de los dos lugares de la ciudad con televisión por satélite, la carrera es sinónimo de una buena caja.

Zeray Eshetu, uno de los camareros, espera que haya mucha excitación durante este duelo Kenenisa Bekele-Eliud Kipchoge.

“A la gente le emociona que gane un atleta etíope. Dan palmas, saltan, gritan, se quitan las camisetas y las hacen ondear”, cuenta.

El corredor etíope no es, sin embargo, favorito frente al maratoniano keniano, que ya ha ganado cuatro veces la prueba londinense.

Pero, Hanna Awugichew, que aspira a ser una estrella del 400 metros, cree en el triunfo de Bekoji. “En esta carrera, nuestro atleta Kenenisa (Bekele) ganará. Estoy segura”.

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