Angélica Espinoza tiene 23 años y es la mejor del mundo en parataekwondo K44 -49 kg. (Foto: Archivo Somos)
Angélica Espinoza tiene 23 años y es la mejor del mundo en parataekwondo K44 -49 kg. (Foto: Archivo Somos)
Christian Cruz Valdivia

Cada golpe que pega es un desafío a la vida misma. La parataekwondista nacional nos ha regalado la primera medalla en los y fue la de oro. Ha cumplido los sueños de un país entero, que ve lo que es ganar una presea luego de 21 años. Se trata, además, de la cuarta medalla de oro en la historia nacional (de nueve en total).

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Dentro de lo introvertida que es, su sonrisa delata su alegría. “Ha estado muy tranquila”, nos cuentan los miembros de la Asociación Nacional Paralímpica desde Tokio, es que Angélica llegó a los Juegos como la líder del ránking mundial, aunque fue preclasificada como número 4 porque se tomó como referencia un ránking anterior.

Angélica nació sin una parte de su brazo izquierdo, pero nunca se vio limitada para nada. El Perú entero la conoció con la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Lima 2019, solo dos años después de empezar en este deporte. Tras dejar la paranatación, se inclinó por el parataekwondo. Con entrenamientos entre seis a ocho horas, supo convertirse en la mejor.

En su primer año de competencia, logró el cuarto lugar en el Mundial de Turquía, siendo ese año la Paradeportista revelación de la Asociación Nacional Paralímpica del Perú. Luego llegaron los títulos, el oro en Lima 2019, la clasificación a Tokio en el Preolímpico de Costa Rica, en marzo del 2020.

La pandemia aplazó todo y tras los entrenamientos virtuales, pudo volver a entrenar en la Videna gracias al apoyo de Asociación Nacional Paralímpica, Legado 2019 e IPD. Este año, la paradeportista nacional ganó la medalla de oro en el Para Panamericano de Taekwondo 2021 (México) en junio pasado y días después se consagró en el Asian Para Taekwondo Championships, con lo que pasó a liderar el ránking mundial.

Ella pertenece a la categoría K44, que describe a personas que hayan perdido parte del brazo, y en Tokio empezó la competencia en cuartos de final gracias a su preclasificación. En esa ronda superó a la india Aruna por 84-21, el score más alto de la división. En semifinales venció por 17-7 a Ziyodakhon Isakova (UZB) para meterse en la lucha por el oro,

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Los ánimos

Llegó con toda la preparación encima y se notó en su confianza en Tokio. Dentro de su carácter cerrado, se logró todo el ánimo que cargaba para la competencia.

Durante una de las pausas de la pelea -que no se transmitió ni en TV ni en Youtube-, la música sonó alto en el Makuhari Messe, y la delegación peruana que acudió a alentar a Angélica, se puso a bailar en la tribuna.

Angélica, muy mentalizada en su pelea, logró ver eso y dejó escapar una risa por lo que hacían sus compañeros de delegación, tal como nos cuenta Patrick Espejo, miembro de la delegación nacional Paralímpica. La alegría nacional la motivó más y logró cerrar sus combates con victorias.

El nivel alto que ya tenía Angélica se fue perfeccionando en los últimos meses. En Lima, ella tuvo la oportunidad de entrenar con taekwondistas convencionales, lo que le permitió mejorar mucho su técnica de pelea.

Su entrenamiento, a doble turno muchas veces, se vio mejorado por la dieta que se le implementó desde la Federación de Taekwondo. Adiós al pan y al pollo a la braza para pasar de 36 a 46 kilos, con un porcentaje de grasa corporal de apenas 9.2%, según comunicó el Legado Lima 2019.

Entrenar en la Videna, sede de Legado Lima 2019, fue de mucha ayuda para ella y la presencia de deportistas tanto juveniles como mayores le dio más roce. “La idea era entrenar con gente que me pueda exigir. La idea era salir, por eso la mejor opción era entrenar en la Videna”, contó la para deportista.

Perú así suma su novena medalla paralímpica, la cuarta de oro. Se suma a las que lograron José González Mugaburu (bronce en paranatación Toronto 1976), Teresa Chiappo (bronce en paratletismo Toronto 1976 y oro en tenis de mesa Toronto 1976) y las de Jimmy Eulert en paranatación (oro en Atlanta 1996, oro y plata en Sídney 2000 y dos bronces en Atenas 2004).

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