Le dicen ‘Profesor’, pero en realidad Pablo Bengoechea es un alumno. El alumno de Sergio Markarián. El hoy técnico de Perú fue asistente 3 años del 'Mago' en la selección. Y ahora que ascendió a entrenador de la bicolor es justo establecer la comparación. En qué se parecen y en qué difieren los dos últimos seleccionadores.
1) Del 4-4-2 al 4-3-3
En las eliminatorias al Mundial 2014, Markarián priorizó la teórica jerarquía de los cuatro atacantes de más rollo europeo -Vargas, Farfán, Pizarro, Guerrero- y los puso cada vez que se jugó algo importante. Dicha elección le condicionó el sistema y lo hizo optar por el 4-4-2. Pablo, en cambio, gusta del 4-3-3. Para eso, expone un dibujo con un solo '9': o Paolo o Claudio. Juntos, difícil.
2) De un contrato de 4 años a otro de 15 meses
Markarián vino en 2010 tras ser campeón de Chile y firmó un vínculo por 3 años con opción a uno más si clasificaba. Era un ciclo olímpico. Bengoechea, quizá por su necesidad de hacer currículo, arregló un contrato de 15 meses que será revisado en diciembre. La 'continuidad' se da en la cercanía entre uno y otro. Pero no en la seriedad de los tiempos de trabajo.
3) Renuevo o no renuevo
Una vez fuera del Mundial 2014, Markarián puso ante Argentina y Bolivia a jugadores como Duarte, Gambeta, Reyna, Aparicio, Gómez y Benavente. "Es tiempo de un recambio", dijo. Bengoechea, en cambio, cita jóvenes tipo Deza, pero alinea como titulares a jugadores ya claramente testeados como Vargas. Se dice que Sergio y Pablo comparten 'la misma idea', pero el antecesor era más radical en la renovación.
4) Pizarro, capitán solo a veces
Para el 'Mago', el brazalete de capitán era de Claudio. Sí o sí. "Es el mejor que tengo, o uno de los mejores que tengo", dijo siempre Markarián, defendiendo su elección por el 'Bombardero’, capitán desde el 2003. Para Pablo, en cambio, la predilección por el 4-3-3 lo obligó a un solo '9'. Por tanto, Pizarro es un capitán suplente. El titular es Paolo. En la cancha (y con la cinta).
5) Concentro o no concentro
Jaqueado por más de una indisciplina, Markarián no tuvo más remedio que implantar concentraciones más estrictas en la segunda ronda eliminatoria. Bengoechea tomó nota del tácito mea culpa y hoy, antes de cada viaje al exterior, pide que sus 'extranjeros' viajen directo a la ciudad del partido para aplicar concentraciones largas. El método tiene otra ventaja: si hay escándalos, no son en Lima.
6) Ascues: de choteado a titular
El ex Alianza Lima nunca fue citado por Markarián. Pese a las referencias que recibía, Ascues estaba detrás de otros jóvenes de aquel sub 20 del 2009 como Carrillo o Callens. Bengoechea, en cambio, lo convocó a los microciclos, lo puso de central y lo consolidó de volante. Como medio mixto mañana jugará ante Paraguay. Ah, lleva 3 goles en 4 partidos. Es el goleador del ciclo de Pablo.
7) Crédito versus duda
Quizá por sus más de 30 años de trayectoria, o por sus títulos con la U o Cristal, Markarián gozó en su gestión de un respaldo fuerte en las encuestas de El Comercio-Ipsos que solo se perdió hacia la etapa final de las Eliminatorias. Llegó a tener 100% de aceptación en el A/B. Soportó en alto incluso cuatro derrotas seguidas. Pablo, novato casi, nunca llegó ni al 50% de crédito. No es ni por asomo un escudo para Burga.
8) De Penny-Libman a Gallese-Forsyth
Durante el ciclo del 'Mago' el arquero fue Raúl Fernández y sus dos suplentes más frecuentes, Diego Penny y Salomón Libman (aunque luego terció Carvallo). En la etapa de Pablo se mantiene la titularidad de Superman, pero dos nuevos porteros asoman: Forsyth, por lo hecho en Alianza, y Gallese. El de San Martín, invicto en este ciclo, hoy tiene chances serias de pelear por el 1.
9) Ballón: de suplente a indiscutido
El ciclo de Markarián entre 2010-13 coincidió con una etapa floja de Josepmir Ballón. Su mal paso por River golpeó su nivel. Y aunque el Mago arrancó su ciclo diciendo que era “flor de jugador”, el volante central perdió el puesto primero con Balbín y luego hasta con Retamozo. Hoy, ya recuperado, es piedra angular del sistema de Bengoechea. Para Pablo, son Ballón y diez más.
10) De la verborragia al excesivo control
Son dos personalidades diferentes, muy distintas delante de los medios. Markarián era más explosivo y hábil con las palabras. Tenía más recursos para las respuestas. También solía molestarse más. O llegar a una ironía que podría ser excesiva. Pablo es más seco y escueto. No siempre es claro. A veces cantinflea. O peca de básico. No hará pasar papelones a los periodistas. Pero nos dejará con más dudas, eso sí.