El dilema del gol lo resolvió el jugador menos pensado. En Asunción, a falta de Guerreros y Flores, los goleadores de la selección peruana en la era Ricardo Gareca, apareció André Carrillo para decir presente con dos tantos en el empate ante Paraguay. Dos goles, uno tomando un rebote y el otro como un ‘9’, de palomita en el corazón del área. Los flashes fueron para él y las sombras para Raúl Ruidíaz, quien fue titular pero sus cifras no han sido muy alentadoras.
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