Redacción EC

La selección no juega sola y mucho menos en silencio desde hace más de un lustro. Y ahora, con la enorme posibilidad de clasificar a nuestra segunda de forma consecutiva, no podía ser la excepción.

Tal como estaba planificado, la delegación peruana arribó a Barcelona, donde un centenar de compatriotas los estaba esperando con ansias, en el aeropuerto de Josep Tarradellas Barcelona El Prat.

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Portando la blanquirroja y con carteles en mano, los hinchas les dedicaron cánticos y alabanzas.

El fervor fue tanto que acabó convirtiéndose en una nutrida caravana, que acompañó a los seleccionados y al comando técnico hasta el lujoso hotel Hesperia Sant Just, ubicado cerca a la avenida Baix Llobregat y la carretera B-23.

El hotel que cobijará a la delegación en las próximas dos semanas.  (Foto: Daniel Apuy)
El hotel que cobijará a la delegación en las próximas dos semanas. (Foto: Daniel Apuy)

Liderada, hay que decirlo, por Barcelona Bicolor, una barra conformada por peruanos que llevan años residiendo en la madre patria bajo un mantra: “Un solo grito, un único amor”.

Uno a uno, los seleccionados fueron descendiendo del bus. Ricardo Gareca, como no podía ser de otra manera, fue uno de los más aplaudidos y vitoreados.

Hinchas de la selección peruana recibieron al equipo de Ricardo Gareca en Barcelona | Foto: Daniel Apuy/GEC
Hinchas de la selección peruana recibieron al equipo de Ricardo Gareca en Barcelona | Foto: Daniel Apuy/GEC

Entonces, llegó el momento cumbre de la jornada: los jugadores formaron una medialuna y saludaron a la gente. Era lo que tocaba. Los sentimientos deben ser de ida y vuelta. Con naturalidad y sin imposiciones.

San Cugat

A partir de hoy, la selección nacional iniciará los trabajos en el centro de alto rendimiento deportivo de San Cugat. El primer rival, muy similar en juego a Australia, es un viejo conocido: el once de Nueva Zelanda, a quien enfrentaremos este domingo en el RCDE Stadium de Barcelona.

(Foto: Daniel Apuy)
(Foto: Daniel Apuy)

Renato Tapia, quien lleva cuatro días de práctica más que sus compañeros, ha causado alivio al comando técnico y, desde luego, a la hinchada al referirse a su lesión. “He progresado conforme han pasado los días. Estoy muy contento por eso. Uno trata de buscar minutos”, comentó.

Wilder Cartagena, que también ha realizado rutinas físicas junto con el preparador físico de la selección Edder Benites, dice: “Estas semanas serán valiosas para lograr el objetivo que desea todo el país”. Desde hoy hasta el 13 junio, seremos un solo corazón.