“El reto será reemplazar a quien no tiene sustituto: Paolo Guerrero. Su suspensión y edad lo convierten en una carta improbable, a pesar de ser el goleador histórico”. (Foto: EFE)
“El reto será reemplazar a quien no tiene sustituto: Paolo Guerrero. Su suspensión y edad lo convierten en una carta improbable, a pesar de ser el goleador histórico”. (Foto: EFE)
Jerónimo Pimentel

El gran problema de la selección de cara a la próxima Copa América y las Eliminatorias rumbo a Qatar será definir quiénes serán los delanteros titulares. Es un problema complejo y los amistosos deberán servir para probar, confirmar y descartar a los candidatos para el puesto.

El reto será reemplazar a quien no tiene sustituto: Paolo Guerrero. Su suspensión y edad lo convierten en una carta improbable, a pesar de ser el goleador histórico. Gareca, desde que reinsertó a Farfán en el once, barajó la idea de que Jefferson sea el llamado a cubrir la posición, pero esta solo es una solución temporal: al ser coetáneos, difícilmente estarán aptos para el Mundial catarí. En ese sentido, el técnico argentino ya ha dado algunas muestras de qué piensa respecto a cómo los años afectan el desempeño de los futbolistas, como se aprecia en lo ocurrido con Pizarro. No le falta razón: que nos permitamos imaginar a una delantera con 38 años de promedio es un síntoma inequívoco de la gravedad del problema que nos aqueja.

El suplente natural de Paolo es Raúl Ruidiaz, quien ha tenido una temporada magnífica en la MLS. En los campos norteamericanos ha demostrado virtudes estupendas: ataca el espacio, traza diagonales, aprovecha su velocidad, demuestra oportunismo y posee recursos en la definición. El problema es que nada de esto se ve con la Blanquirroja. Una explicación es que el juego de Perú ha sido construido sobre la idea de un ‘9’ con otros rasgos: este equipo requiere un delantero con potencia física, decisivo en el juego aéreo, que pueda recibir de espaldas para aguantar y descargar. A Gareca solo le queda adecuar la táctica o prescindir del ariete. Pronto tendremos una respuesta.

Por su parte, ni Carrillo ni Polo ni Reyna son delanteros de área, aunque no es imposible pensar que el técnico los fuerce dado el caso. Perder a André de extremo sería desaprovechar su desequilibrio y desborde, por lo que es una idea que descartamos (aunque en el amistoso con Croacia se deslizó por minutos esa posibilidad). Polo es un soldado que ha crecido enormemente y, quizás, es tácticamente el atacante más obediente que tiene el ‘Tigre’, pero no es un goleador ni siente el puesto. La situación de Reyna es peculiar. Tiene gambeta y asistencia, por lo que funciona perfecto como segundo delantero; sin embargo, es posible que Gareca intente probarlo en vez de la ‘Pulga’ ante Ecuador o Costa Rica. El entrenador necesita opciones, pero Yordy cuenta con algunos puntos en contra: cierta tendencia a las lesiones y una carga extrafutbolística aún por aclarar. Todo lo demás entra en un ámbito especulativo: nacionalizar a Herrera, esperar la madurez de Bulos, etcétera.

Los problemas del fútbol peruano, en este momento, son dos. El primero es político y tiene que ver con el pulso entre la FIFA y el Congreso peruano. Estos duelos, el 99% de las veces, los gana la FIFA. El segundo es deportivo y consiste en completar la que, quizás, sea la posición más difícil del fútbol moderno.

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