La proximidad del 22 de marzo, fecha en la que celebramos el Día Mundial del Agua, nos recuerda el reto urgente que tenemos como sociedad global de cara a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible Nº 6: garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. En el Perú, unas 5 millones de personas no cuentan con agua potable y 11 millones tampoco con alcantarillado, según datos del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS).
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Día1 recopiló tres experiencias público-privadas prometedoras que a modo de alianzas (ODS17) buscan alcanzar el objetivo y, sobre todo, replicarse.
TECNOLOGÍA REMOTA Y DISPENSADORES INTELIGENTES
Yaqua, la empresa social de venta de agua embotellada para financiar proyectos de infraestructura para el acceso a agua potable en zonas rurales remotas, alista su sexta intervención.
Tras haber beneficiado a unas 1.600 personas en Cajamarca, Huancavelica, Chachapoyas, Iquitos y Ayacucho, una vez que termine la época de lluvia desarrollarán una nueva iniciativa en esta última región. “¿Son sostenibles? ¿Cómo los monitorean?”, le preguntamos a Fernando Tamayo, su CEO.
“Le damos un seguimiento manual. Pero acá entra un nuevo reto. Según el BID, el 40% de los proyectos de agua hoy no están monitoreados”, comenta. En ese sentido, el joven empresario está trabajando en el diseño de un prototipo de dispositivo que permitiría medir de forma remota – desde su propio celular- el flujo y la calidad del agua en los puntos de suministro ya instalados. Proyectan implementarlo este año.
Además, en alianza con la Embajada de Australia y el Colegio “Mi Perú” de Ventanilla, pondrá en marcha el proyecto piloto “Blue”, que permitirá el acceso oportuno de agua potable a 2.500 niños. Es que hasta ahora los puntos de agua en el colegio están inoperativos, incluso en el baño. De allí el plan: instalar dos dispensadores de agua sin costo, que se activen al escanear el código QR de los tomatodos de aluminio que serán distribuidos entre los niños y las niñas de manera gratuita.
“El objetivo es que se pueda replicar en los colegios públicos”, observa, y acota que es la primera vez que Yaqua interviene en una urbe. “Yaqua quiere invertir en nuevos tipos de proyectos con impactos interesantes”, afirma. Apunta que se ha invertido US$10 mil en este último desarrollo.
AGUA RESIDUAL PARA ÁREAS VERDES
La organización Aquafondo ha puesto foco en resolver la potencial escasez de agua a la que está expuesta Lima, la segunda ciudad más grande de mundo ubicada en un desierto. En ese sentido, impulsa desde el 2016 el uso de agua residual tratada en reemplazo del agua potable para el riego de áreas verdes. En efecto, hoy 1% del agua empleada para dicho fin es de tratada, apunta Mariella Sánchez, directora ejecutiva de la asociación.
Con la iniciativa, han logrado hasta ahora que 21,5 hectáreas de áreas verdes de Lima sean beneficiadas con iniciativas en San Juan de Miraflores, Ate y Cercado de Lima, a través de la donación de agua residual tratada de las plantas de Backus, Nestlé y Esmeralda Corp. El proceso, enmarcado en un convenio público-privado, supone la actualización del instrumento de gestión ambiental de la empresa (lo que conlleva a veces inversiones en mejoras tecnológicas, por ejemplo) y obtener el permiso de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) para donar el recurso, explica Sánchez.
Este último abre la puerta a la obtención del reconocimiento de empresa hídricamente responsable, que otorga dos puntos adicionales en una adjudicación pública. Más allá de los trámites, ¿qué reta la iniciativa? La recolección del agua tratada desde la empresa con una cisterna, que la mayoría de las veces los municipios contratan a un tercero encargado del riego de parques, responde la ejecutiva.
Al respecto, cuenta que con Esmeralda Corp se han definido horarios para que la cisterna ingrese y en Nestlé y Backus han diseñado dispensadores externos. Todo sería más fácil si los municipios contaran con su propia cisterna. Por eso, están trabajando en un modelo de negocio para estimar el retorno de una inversión en dichos vehículos. ¿Qué más se viene? Sánchez adelanta que están trabajando con dos empresas del sector alimentos en El Callao y con la Municipalidad de Breña, explorando qué empresas podrían participar del programa. San Isidro, Surco y La Molina, que según la organización poseen una huella hídrica “alta”, también podrían participar.
POTENCIAR LA CUENCA ALTA
Este año, Sedapal comenzará a ejecutar el fideicomiso creado en el 2015 para promover los Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MRSE) a fin de incrementar la captación de agua en la parte alta de la cuenca del río Rímac. Así lo informa a Día1 Francisco Dumler, presidente del directorio de Sedapal, quien explica que a la fecha el fondo –acumulado a partir del aporte del 1% la factura de agua de los usuarios de Lima Metropolitana y El Callao – cuenta con S/85 millones.
En las próximas dos o tres semanas se licitará y ejecutará el primer proyecto, que buscará -mediante el control de erosión de suelos- recuperar la capacidad de regulación hídrica en la microcuenca de Milloc, en el distrito de Carampoma, provincia de Huarochirí. “El primer proyecto sale y el resto empieza a correr”, indica el ejecutivo y apunta que en cola habrán hasta el 2021 cinco proyectos más por hasta S/15 millones. Cuatro de regulación hídrica y uno de representamiento de una laguna de altura para afianzamiento hídrico.
¿Por qué el fondo solo se ejecuta cinco años después? Según Dumler, la falta de expertise en la elaboración de expedientes técnicos para MRSE fue la principal traba, sumada a la falta de continuidad política en los ministerios involucrados. Lo que permitió el “destrabe” fue la colaboración en dicha etapa inicial con instituciones como Forest Trends (de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo del Gobierno de Estados Unidos , USAID), The Nature Conservancy y The Water Resource Group; organizaciones impulsoras del acceso al agua a nivel global. “Este año tenemos programada una ejecución de entre S/10 millones y S/15 millones. El primer proyecto sale y el resto comienza a correr”, asegura el también ex ministro de Vivienda.
MÁS DATOS
Servicios ecosistémicos: Según la FAO, son los beneficios que provee la naturaleza, como la provisión de alimentos, la polinización, la regulación del clima, la formación de los suelos. La regulación hídrica es uno de ellos.
Agua y coronavirus: Según informa Dumler, la reserva de agua para Lima alcanzar los 300 millones de metros cúbicos (m3), lo que garantiza el abastecimiento de agua este año para Lima Metropolitana y El Callao. Dicho volumen se encuentra almacenado en 23 lagunas, cuya capacidad total es de 350 millones de m3. Informa que durante el 2020 no está previsto ninguna megaoperación, como la registrada en diciembre pasado que restringió el servicio de agua durante seis días debido a obras en la Línea 2 del Metro. Sobre los cortes registrados la semana pasada en algunos distritos –acaecidos en plena emergencia del COVID-19 y la necesidad de agua para el lavado constante de manos– comenta que no deberían durar más de 24 horas y ser atendidos con camiones cisternas. “No hay evidencia de que se repita algo como en el 2017”, dice, refiriéndose a los cortes ocasionados por la fallas en la Planta de Tratamiento de Agua-La Atarjea, como resultado del acumulación de sedimentos y residuos acarrerados por huaycos durante el Niño Costero de 2017.
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