Las bodegas y los mercados de abastos, que constituyen el llamado canal tradicional, sufrieron también el golpe de las distintas etapas de la pandemia que aún nos aqueja. El año pasado, la cuarentena, las restricciones de movilidad y el toque de queda (que afectó la distribución y abastecimiento) fueron factores que impactaron en las ventas de este canal, con una caída de más del 11% en su momento más crítico (marzo, abril y mayo)–de acuerdo a un reporte de NielsenIQ Perú–, más allá de que eran lugares de compra importantes para abastecernos de productos básicos y alimentos. No obstante, ya en los últimos meses del 2020, el canal ha mostrado signos de recuperación.
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