El anuncio de impedimento de reuniones de más de 300 personas – el jueves 12 de marzo - y el aislamiento social obligatorio –tres días después- para frenar el contagio por Covid-19, nos tomó por sorpresa a quienes vivimos y trabajamos en las ciudades. La medida resonó, asimismo, en las zonas productoras costeras rurales, donde la semana pasada comenzó la campaña de cosecha de mandarinas y de palta.
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Son dos de los cultivos “estrella” de la canasta de agroexportación peruana. El Perú es el séptimo proveedor global del primero y en palta Hass, el segundo.
Detrás de ese éxito hay mucha gente: en el caso de la primera se estima que durante el año se requieren unos 1,5 jornales por hectárea al año y 15 mil al año para las 10 mil hectáreas de mandarinas existentes, según Procitrus. En palta, considerando la demanda de cosecha (alrededor de 3,5 jornales por hectárea, de acuerdo a cifras promedio del sector en base a un rendimiento de unas 15 tm/ha en costa) se requerirían 115 mil jornales para las 33 mil hectáreas con las que se esperaba contar el año pasado. Estas cifras no incluyen al personal de plantas de procesamiento, que operan en turnos simples, dobles y triples.
La medida y la necesidad de acatar la medida para frenar el contagio por Covid-19 puso sobre la mesa varias preguntas del lado de los empleados y los empleadores en un primer momento. ¿Debo ir a cosechar? ¿Cómo llego al fundo? ¿Cómo refuerzo las medidas preventivas para evitar la diseminación del virus en el campo?
“No es como otros años que pones un cartel y se aparece la gente”, cuenta Sergio del Castillo, gerente general de la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (Procitrus), que agrupa a 150 empresas.
El ejecutivo explica que lo usual es que el personal migre hacia donde hay campaña. “Hay menos gente que se desplaza del norte o la sierra. Simplemente contamos con la gente local”, indica y precisa que actualmente la cosecha de mandarina se está desarrollando de los valles de Chincha al de Huaral.
Por otro lado, como en la ciudad, la medida pone presión sobre los ingresos, que en el sector se generan a partir de jornales. “Es un tema delicado, porque es gente que se contrata por labores. Es gente que no va a trabajar 15 días, son 15 días que no recibe paga”, explicaba a Día el lunes pasado Michelle Aspee, gerenta de operaciones de CBA Agrotecnia, especializada en packing de uva, desde Piura.
“Es muy temprano para decirte lo que va a pasar”, agrega y recuerda que se viene la cosecha de granada, así como las podas de producción de uva de mesa y mango. “Hay varias actividades que no se pueden retrasar, porque puedes perder la oportunidad de cosecha en la próxima campaña”, afirma.
¿Y la palta? Al respecto, el ex director general agrícola Ángel Manero, advierte que la campaña podría retrasarse hasta el final de la cuarentena (el próximo domingo). “La palta resiste en el árbol unos 45 a 60 días”, anota sobre el tiempo que la fruta podría aguantar ante la menor disponibilidad de mano de obra en una columna de opinión publicada en el portal de información sobre agronegocios Agraria.pe.
Alfredo Lira, gerente general de Agrícola Cerro Prieto – que está entre las empresas que más exportan el también llamado aguacate– no es ajeno a la situación. El pasado lunes comenzaron a cosechar palta verde, una variedad que madura antes que la Hass. La firma empieza a recolectar esta última a principios de mayo (en Lambayeque).
De las 1.800 personas que esperaban, llegaron 1.500. Ese día, no tenían certeza sobre cómo movilizar personal, que se suele trasladar en buses hasta los campos y las plantas de procesamiento. Cuenta que decidieron contratar más unidades, para que cada una vaya con la mitad de pasajeros. “Definitivamente hay un sobrecosto, pero es lo que tenemos que asumir”, afirma Lira.
Otra decisión que tomaron fue enviar a casa a los mayores de 60 años y embarazadas con goce de sueldo y supervisión, así como implementar teletrabajo para el área administrativa. “Yo estaba a punto de viajar al campo, opté por quedarme, tengo el salvoconducto para poder viajar vía tierra si hay una emergencia”, añade.
Tanto en mandarina como en palta, la campaña está en su fase inicial en la costa, lo que ayuda a la gestión de la emergencia. “La campaña aún no empieza con fuerza, pero es de suponer que si siguen las restricciones de movimiento, será más difícil conseguir mano de obra”, comenta Daniel Bustamante, presidente de Prohass.
MERCADO GLOBAL: ¿QUE SE VIENE?
Las fuentes estiman que la demanda se mantendrá en la actual coyuntura, pese a la restricciones de desplazamiento alrededor del mundo.
Tanto en mandarina como en palta hay buenas perspectivas. Sergio del Castillo de Procitrus señala que los precios ya fueron negociados, por lo que no prevén una contracción en los resultados FOB, y que tanto en el país como en el exterior se espera un mayor consumo de cítricos al ser estos fuentes de vitamina C. “Es uno de los mejores productos frescos para levantarte las defensas. Hace que tu cuerpo eleve el sistema inmunológico", comenta.
En palta, los compradores estadounidenses esperan la campaña peruana, toda vez que la palta mexicana (primer proveedor global de aguacate) “tiene poca fruta y no de muy buena calidad”, asegura Lira, de Agrícola Cerro Prieto. “La palta es un alimento saludable. Está siendo más demandado porque si bien los restaurantes no están funcionando al mismo nivel, en los supermercados se ha incrementado la demanda y sobre todo en el delivery”, agrega a su turno.
“La demanda va a aumentar mucho en China, Estados Unidos y, por lo que vemos, en Europa”, asegura.
Además de la incertidumbre sobre la disponibilidad de mano de obra en las semanas actuales y venideras, más allá de las fronteras peruanas, el riesgo es logístico.
A juicio Del Castillo, podrían haber demoras en la carga y descarga en puertos, lo que podría generar sobrecostos por almacenamiento. El impacto en el resultado dependerá del valor del fruta, sostiene. “Un contenedor de cítricos vale aproximadamente US$30 mil. Un contenedor de uva de mesa o palta, llega a US$80 mil y US$60 mil. Todo depende”, precisa.
Otro factor que puede ralentizar la cadena de suministro y afectar el negocio es el comercio intrarregional. De allí, que los productores y exportadores estén enfocados en que la cadena de suministro no se detenga, agrega Lira.
“El transporte aéreo y marítimo (de carga) no se ha parado. Pero ahora no solo es China sino todos (los países). Hay una complejidad mayor”, refiere Gabriel Amaro, gerente general de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), respecto a las demoras logísticas en los puertos del gigante asiático en febrero pasado.
El campo no puede parar. No solo porque los frutales no dejan de crecer y desarrollar y la fruta de madurar. Sino porque ahora aplica más que nunca el slogan que abraza el Perú a modo de estrategia de branding, que dice que nuestro país es y será la despensa del mundo.
DATO
¿Aumentará el jornal ante la menor disponibilidad de mano de obra?
Considerando la ley de oferta y demanda, Del Castillo estima que sí. “Presumo que como cualquier bien o servicio, como es la mano de obra, ante su escasez sube su precio. No me han comentado, pero presumo que sí”, indica. Amaro no lo descarta y apunta que ya existe una “sana competencia” entre las empresas por el personal en campo.
Vale destacar que tras la ampliación del régimen especial agrario Ley 27.360 en diciembre pasado, se estableció un aumento de la remuneración mínima vital diaria para el sector de S/39,19 por jornada de no menos de cuatro horas.