La incertidumbre política tiene a mucha gente alterada. A pesar de que cada vez hay menos incertidumbre y más información. Aunque por supuesto, faltan datos. Pero siempre faltan datos. Probablemente una de las grandes habilidades de los empresarios es el poder tomar decisiones sin contar con toda la información que quisieran.
Y en este desconcierto el tipo de cambio sube y baja, algunos precios suben y ya no bajan, las inversiones cambian de lugar y de moneda y las noticias -las verdaderas y las falsas- generan bulla y, cual bola de nieve, se agrandan ellas mismas sin más sustento que un rumor o un trascendido de dudosa fuente.
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Pero en toda esta vorágine hay algo que permanece sereno, inalterable y con mayor propensión que en otros momentos: las decisiones de aquellos empresarios que saben que estos desarreglos siempre terminan por componerse y que estas etapas de confusión y desorientación son las ideales para realizar aquellas inversiones que generarán retornos superiores a los normales. Nunca mejor aplicado aquel dicho “en río revuelto, ganancia de pescadores”.
Es que el que tiene alma de empresario no se amilana. Sabe qué negocios se pueden hacer en todas las coyunturas. La gente no dejará de comer, vestirse, estudiar, curarse, alquilar o comprar una vivienda, lo que cambiará serán los formatos, tamaños, precios, formas de pago y calidades pero el consumo no desaparece. El empresario sagaz sabe que tiene que acomodar sus modelos de negocio y adecuar sus inversiones a la realidad del mercado en cada momento.
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Es así como se explica que en estos días tan especiales haya tantos empresarios que estén comprando negocios en marcha para diversificarse o para hacer crecer los que ya tienen. Empresarios peruanos y extranjeros que han visto ya la manera de hacer negocios en el futuro inmediato y se están preparando para ello. Empresarios que aprovechan el exceso de liquidez que hay hoy en el mercado y que están comprando otros negocios que luego harán crecer con modelos adecuados para la nueva economía.
Este es un buen momento para comprar empresas. También es un buen momento para vender negocios en marcha pues hay mucho dinero en el sistema que terminará invirtiéndose. El Perú ya ha pasado por situaciones similares y de mayor incertidumbre que esta. ¡De nuevo y a acomodarse!
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