La disponibilidad del recurso solar, la durabilidad de las piezas y la escala garantizan el éxito de este modelo en la Amazonia. (Foto y vdeo: AFP)
La disponibilidad del recurso solar, la durabilidad de las piezas y la escala garantizan el éxito de este modelo en la Amazonia. (Foto y vdeo: AFP)
Edwin Chávez

El sector energético mundial se encuentra en un proceso inevitable y obligado de transición hacia el uso de energías más limpias. El planeta ya no puede seguir recibiendo en su atmósfera grandes cantidades de CO2, producidos por el uso indiscriminado de combustibles fósiles, poco eficientes y altamente contaminantes, que producen un efecto invernadero de gran impacto en nuestro ecosistema.

Si bien estos combustibles contribuyeron enormemente al desarrollo de la humanidad, hoy deben ser reemplazados por formas más limpias de producir energía eléctrica, acorde con la nueva era digital.

Según la EIA (Energy Information Administration), la generación de electricidad a nivel mundial al 2019 está dominada en un 86% por tecnologías en base al carbón (34%), gas natural (23%), hidroelectricidad (18%) y nuclear (11%). Tan solo el 14% restante lo cubren otros tipos de generación no convencionales, siendo la eólica (6%) y la solar (4%) las más predominantes.

Para el 2050 se espera que la presencia de generación en base a energías renovables no convencionales (o ERNC) se duplique, pudiendo llegar a un 36%, con dominio de la energía solar (19%) y eólica (15%), gracias a una importante reducción de sus costos y más eficiencia. Sin embargo, se necesitará más tiempo para lograr la supremacía de esta tecnología, especialmente para resolver el grave problema de la intermitencia de las ERNC, y buscar formas más rentables de almacenamiento a gran escala.

Según el Ministerio de Energía y Minas (MEM), a la fecha, la participación de las ERNC en la producción de energía eléctrica en el Perú no pasa del 4,9 % (eólica, 2,8%; solar, 1,2%; y biomasa, 0,9%); siendo aún la hidroelectricidad (56,7%) y el gas natural (35,5%) las tecnologías que predominan.

Las ciudades latinas tienen altos desafíos de ahorro de energía a futuro. No solo es problema de las grandes potencias. (Foto: Andina)
Las ciudades latinas tienen altos desafíos de ahorro de energía a futuro. No solo es problema de las grandes potencias. (Foto: Andina)

La meta está definida, llegar al 2030 con una participación de las ERNC en la matriz eléctrica peruana del 15%, para lo cual se está trabajando en la normativa y política energética nacional correspondiente.

Todo esto en línea con el marco del Acuerdo de París, en el que el Perú se comprometió a reducir en un 30% sus emisiones de gases de efecto invernadero al 2030. Para lograrlo, deberemos enfocarnos en dos objetivos fundamentales: a) desarrollar un sector energético con mínimo impacto ambiental y bajas emisiones de carbono y b) contar con una matriz energética diversificada, con énfasis en las fuentes renovables y la eficiencia energética. Es una necesidad, pero una gran oportunidad; en el Perú existe un muy amplio margen de recursos energéticos renovables a la espera de ser aprovechados.

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