La masificación del gas natural ha prendido en Lima, Ica y varias regiones del litoral norte, pero no en el resto del país. Para ampliar su alcance, los especialistas en hidrocarburos urgen la construcción de más redes de ductos , siguiendo el ejemplo de Colombia, país que empezó su historia gasífera destinando fuertes inversiones estatales para el desarrollo de infraestructura.
- Bolivia admite declinación en producción de gas que ha caído hasta “tocar fondo”
- ¿Y el viceministro de Hidrocarburos? Cargo está vacante hace 120 días con adversos resultados para el país
Luz Stella Murgas, presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), sostiene, sin embargo, que este no es el camino que debería seguir el Peru. Sus razones, en esta entrevista.
MIRA: La petroquímica y el ducto
— ¿Cuántos colombianos cuentan con gas natural en sus hogares?
El 67% de los colombianos tienen gas natural en sus casas. Treinta y seis millones [de un total de 51 millones] cuentan con este servicio. Alrededor de 12 millones de familias o usuarios.
— Para llegar al 67% de penetración, Colombia invirtió dinero público en construcción de redes y luego legó estas a las empresas privadas. ¿Esa es la ruta que deberíamos seguir en el Perú?
Fíjate que yo allí difiero un poco. Por supuesto que el desarrollo del gas natural en Colombia se dio por la inversión pública alrededor de los descubrimientos [de gas natural] que se hicieron cincuenta años atrás, pero lo cierto es que el contexto hoy en día es muy distinto. Yo creo que se requiere más inversión privada que publica para desarrollar proyectos de infraestructura.
— ¿Por qué no es el mismo contexto?
No es lo mismo porque hace 50 años descubrimos gas y no sabíamos muy bien qué hacer con eso. Entonces, el sector público a través de compañías como Ecopetrol, invirtió en el sistema de transporte y luego vendió esos activos al sector privado. Pero yo no creo que esa sea el contexto actual ni en Colombia ni en Perú, porque nuestros gobiernos no tienen la capacidad (financiera ni técnica) para construir gasoductos. Por eso es que hay que trabajar de manera articulada entre el sector público y privado.
— ¿El Estado no debe construir redes de ductos?
Si queremos extender o construir gasoductos, tenemos que hacer inversión privada. No inversión pública. Sí, por ejemplo, el Gobierno puede beneficiar al usuario final entregando subsidios en zonas remotas para lograr que las tarifas no sean tan costosas.
— ¿No hay manera de hacer eso en Colombia o Perú?
Solo para darte una idea, el gasoducto que se proyecta en Colombia para el departamento de El Chocó, con el fin de importar gas en el Océano Pacífico, cuesta US$400 millones, que el estado colombiano no tiene. Por eso no creo que el contexto actual permita que en Perú el desarrollo financiero lo haga el sector público porque no tendrá el músculo para hacerlo.
— ¿El Estado no podría construir una parte de las redes?
Tampoco creo que tenga sentido. El único que tiene la capacidad para construir gasoductos es el sector privado. El punto es que siempre tenemos que cuidar la tarifa al usuario final. Eso (una mayor tarifa) es lo que no nos ha permitido llegar a algunas zonas en Colombia, y allí es donde se pueden dar subsidios.
— Sin embargo, habrá lugares donde el gas natural jamás llegará por su lejanía o por la menor demanda. ¿Allí deben usarse otros energéticos, como el GLP?
Así es, pero existen otras soluciones energéticas, como el biogás que se produce a partir de rellenos sanitarios y plantas residuales de agua, y que puede servir para generación eléctrica, calefacción y cocción. Y también si identificamos el potencial de los residuos orgánicos provenientes del estiércol del ganado, las gallinas y los cerdos. Todo eso ayudará a reducir la pobreza energética de las poblaciones apartadas.
— ¿Cuántos colombianos no cuentan con servicio de gas natural?
La última encuesta de calidad de vida de la Dirección Nacional de Estadística [de Colombia] señala que 1,6 millones de familias a diciembre de 2022 todavía cocinan con leña, con carbón de leña o con desechos contaminantes. Y ese es el gran desafío del gobierno y la industria: llegar con una solución energética, ya sea gas natural o proyectos de biogás y biometano, a los municipios que están en zonas rurales remotas e intermedias y que sufren de pobreza energética.
RESERVAS DE GAS
— Para llevar el gas natural a más colombianos se necesita un largo horizonte de reservas, pero estas han caído en Colombia según el último reporte publicado recientemente.
Si. Ese reporte se publicó en el mes de mayo, y dice que tenemos una autosuficiencia de gas natural para 7,2 años. Sin embargo, hemos identificado un potencial significativo de reservas en el Mar Caribe, costa afuera, donde Shell en asociación con Ecopetrol y Oxy han efectuado varios descubrimientos en aguas profundas antes del 2022.
— ¿De esos hallazgos depende el futuro del gas en Colombia ahora que el presidente Gustavo Petro ha prohibido nuevas exploraciones?
Desde hace unas semanas tenemos un nuevo ministro de Energía (Andrés Camacho) el cual mantiene el mensaje del presidente Gustavo Petro, en el sentido de concentrar esfuerzos para destrabar los contratos de exploración y producción que ya existen y que se encuentran suspendidos por diversos motivos (…) Ese mensaje sigue siendo el mismo.
— ¿Pero el gobierno colombiano sigue prohibiendo la firma de nuevos contratos?
El gobierno ha dicho, literalmente, que no va a haber nuevos contratos de petróleo y gas. Sin embargo, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (contraparte colombiana de Perú-Petro) ha publicado, para comentarios, un proyecto de resolución que expande la actividad exploratoria, incluso, en áreas que no se han asignado. Pero desde la industria estamos insistiendo en que se dé prioridad a los hallazgos efectuados en el Mar Caribe.
— ¿En cuánto han disminuido las reservas de gas de Colombia?
El informe muestra un decaimiento del 10% de las reservas hasta el 2022, lo cual significa que entramos en un estado de urgencia, más que de alerta (en Colombia). Eso quiere decir que debemos acelerar los hallazgos recientes en el Mar Caribe y en áreas continentales y replantear, también, toda la estrategia que hemos venido desarrollando hasta ahora.
— ¿Algo como esto ha ocurrido antes en Colombia? ¿Me refiero a este decaimiento de las reservas de gas?
La tendencia, hasta antes del 2021, era creciente. Entonces, teníamos 3,16 TFC de reservas probadas de gas, y en el 2022 pasamos a 2,8 TFC. Pero también caímos en reservas probables y posibles. Solo hubo un aumento en los recursos contingentes, pero esa es una mera expectativa de existencia de gas. No podemos contar con eso hasta que no hagamos más perforaciones.
— ¿Cuál es la propuesta de Naturgas frente a esto?
Nuestra propuesta es expandir y acelerar la actividad exploratoria.
— ¿De qué manera?
Me refiero a que haya una articulación institucional, de tal manera que las entidades que tienen a su cargo el otorgamiento de los permisos de exploración, lo hagan, no solo de manera oportuna, sino que nos permitan anticipar los cronogramas para contar con esas moléculas de gas antes de que finalice esta década.