Desde que el coronavirus llegó a nuestro país, los peruanos salieron a comprar productos de primera necesidad para stockearse ante el aislamiento social obligatorio. Así, pasamos de las compras masivas, en un primer momento, a adquisiciones para la semana o el día, con las largas colas que vemos a diario, pero de un paulatino menor volumen de compra en mercados y supermercados.
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Pasadas las tres primeras semanas, desde Nielsen Perú, consultora que ha monitoreado cada etapa de consumo desde que se inició la pandemia, señalan que se ha visto una redistribución del gasto porque mientras esta cuarentena se aplace, la economía familiar se verá más afectada, mucha gente vive de lo que gana al día.
Por esa razón si bien aún vemos largas colas en los supermercados, la afluencia a este tipo de canal ha decrecido ligeramente desde la última semana de marzo en adelante. De igual forma, dentro de la canasta básica, casi todas han decrecido en estas últimas semanas a excepción de frutas, verduras, carnes, congelados, gel antibacterial, entre otros productos esenciales.
“Notamos que la gente está ahorrando al momento de decidir qué comprar, los hogares van a ver cómo reasignar el ingreso limitado que tienen, comprando solo lo indispensable. Sobre todo en segmento medios y bajos”, sostiene Larissa Rachitoff, client delivery leader de Nielsen Perú.
Cabe resaltar que , según el último estudio de Ipsos, el 35 % de los peruanos ya no reciben ingresos debido a la emergencia por la pandemia del coronavirus. Mientras que un 31% de los encuestados indicó que sus ingresos se redujeron considerablemente.
Marcas blancas y el precio como motor
Precisamente, ahora, con la cuarentena extendida hasta el 26 de abril, las proyecciones van en línea a ajustarse más el cinturón y buscar aún más el ahorro. Las familias pueden mantener una o dos semanas de confinamiento pero más de un mes afecta a sus bolsillos. Por esa razón, vamos a ver un cambio en el tipo de marcas que las personas elijan, no solo por un tema de disponibilidad sino buscando precios más bajos, indican desde la consultora.
“Vemos que crecerán las marcas blancas (o marcas propias) de los supermercados, que son de precio económico”, afirma Rachitoff. Con ese objetivo, el ahorro también se trasladará a los canales considerados más económicos, por lo que minimarkets o tiendas de descuentos como Mass, caracterizados por sus precios reducidos, cobrarán relevancia. Un comportamiento que permanecerá a futuro, avizora la experta en consumo.
De acuerdo al estudio de Nielsen Perú, otro dato relevante en cuanto a los supermercados es que en las últimas dos semanas del mes pasado se ha visto un incremento promedio de 2,8% en el ticket de las compras. ¿A qué se debe? Rachitoff explica que se esto responde a la ausencia de promociones, estrategia tan usada por los supermercados antes de la pandemia.
“Los productos básicos tienen una reducción de promociones, lo que hace que el precio promedio suba y el precio real sea mayor”, comenta la ejecutiva.
Estos incrementos se han dado, sobre todo, en bebidas alcohólicas, bebidas sin alcohol y lácteos. En el caso de bebidas se debe básicamente al mix disponible. Por ejemplo, en el caso de las bebidas con alcohol, al estar escasa la cerveza (por la paralización de la producción y restricciones de distribución), algunos consumidores optan por otras bebidas alcohólicas de un precio más alto.
Ante las restricciones de los tiempos que corren, las bodegas también han cobrado relevancia por la cercanía. No obstante, no sucede igual en todos los lugares del país, dado que en zonas remotas de difícil acceso han tenido que cerrar por dificultades de abastecimiento. La ejecutiva comenta que las bodegas se manejan como negocios familiares y ante problemas de liquidez - por ventas bajas o poco abastecimiento- tienen que cerrar.
Cambios perdurables y el reto de la venta online
La búsqueda de productos y marcas más baratas, ponderando el ahorro, será una tendencia que perdurará poscuarentena y estimamos que todo el año, anota Rachitoff. Así también se mantendrá la preocupación por la salud, comprando productos de desinfección, antisépticos y cuidado personal mientras el coronavirus siga presente y aún así la curva empiece a bajar. Todos estos productos, junto a mascarillas, ya como parte de la canasta básica.
De otro lado, el e-commerce para productos de primera necesidad, que ha sido una opción durante la cuarentena, se ha visto superado a nivel logístico por la demanda. Los supermercados, relata Rachitoff, están tratando de prepararse mejor para ello, muy de la mano de los aplicativos de delivery como Glovo o Rappi.
En una encuesta que realizamos a nivel de Latinoamérica, cuenta la experta en consumo, preguntamos a los supermercados si lograron responder de manera satisfactoria a la demanda en sus propias plataformas en las de delivery, el 64% señaló que sí lograron responder pero con muchas dificultades por la alta demanda. Incluso el 17% tuvo que suspender su servicio temporalmente. “En Perú notamos que hay mayores tiempos de entrega que van hasta los 10 días”, remarca.
"A causa de la pandemia, los hábitos de consumo han virado y ahora estarán dentro del hogar, por lo que este canal seguirá en ascenso y los ‘retailers’ tienen que trabajar en desarrollar las capacidades internas para abastecer la demanda y el surtido. Hay oportunidades para mejorar ", agrega.
De acuerdo a Nielsen Perú, el principal reto para los supermercados está en el inventario en sí. Muchos de ellos tienen el inventario en la bodega, el problema que afrontan es la reposición y el envío e los productos (de los pedidos online) porque tienen menos trabajadores en tienda por las restricciones de turnos y aforo.