La accidentada geografía del Perú y el déficit de infraestructura y de personal médico especializado han obligado al Estado a ser creativo en búsqueda de una solución. La implementación de la telemedicina cobra en esto un rol trascendental poco conocido.
¿Qué es la telemedicina? Según la OMS, la telemedicina es un servicio que, usando las tecnologías de la información y la comunicación, doblega la distancia a través del intercambio de información para el diagnóstico, tratamiento, investigación, capacitación profesional y prevención de enfermedades; ofreciéndose, vía sus plataformas, teleconsultas e incluso gestión administrativa.
El Minsa, con la colaboración de la Universidad Católica y Essalud, por medio del Centro Nacional de Telemedicina (Cenate), se han encargado de extender e institucionalizar su uso en todo el país. Actualmente, se brindan teleconsultas en 18 regiones.
El Minsa y el Centro Médico Naval han puesto también en marcha Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS), donde unidades fluviales recorren la Amazonía llevando servicios básicos a la población más vulnerable, y han llegado a atender a 100 mil personas.
En el deporte –en estos tiempos de videoarbitraje y ‘trackeo’ de rendimiento deportivo– esta nueva iniciativa se presenta como una alternativa para realizar consultas, diagnóstico y tratamiento a distancia en el lugar de los hechos, por ejemplo, en patologías cardíacas, como la muy temida muerte súbita, mitigando sus efectos con oportunos consejos.
Así como a través del diagnóstico por imágenes (rayos X, resonancias), se puede mapear inmediatamente lesiones deportivas in situ en todo el país. La Federación Peruana de Fútbol (FPF) tiene en mente llevar adelante un programa de asistencia técnica descentralizada de este tipo.
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