Hasta hace unos meses el término ‘urea’ era prácticamente desconocido para los peruanos. Desde entonces, hemos tenido tiempo de familiarizarnos con el nombre de este fertilizante - el más utilizado por la agricultura local - debido a su notoria escasez y a los fallidos intentos del Gobierno para adquirirlo en tres sucesivas licitaciones.
De acuerdo a Milton Von Hesse, director de Videnza Consultores, se trata de un proceso tan desprestigiado que será difícil encontrar un postor para la cuarta convocatoria, actualmente en curso.
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Esto, a pesar de la ingente actividad desplegada por la Cancillería, que logró cursar invitación a 209 empresas, según informó la ministra de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), Patricia Ocampo, el pasado viernes.
La larga demora, sin embargo, ha disipado las expectativas que los agricultores tenían en el proceso de compra, obligándolos a “elegir fertilizantes por sus propios medios desde hace ya varios meses”, apunta Giacomo Andrés Puccio, investigador de la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes).
Es el caso del nitrato de amonio suministrado por la planta Cachimayo (Cusco), de la chilena Enaex (Sigdo Koppers), la única en el Perú que fabrica este insumo, si bien no en grandes cantidades.
RECURSO ABUNDANTE
Consciente de esta problemática el Ejecutivo lanzó a inicios de setiembre otras dos iniciativas: un subsidio para que los pequeños productores agrarios adquieran fertilizantes (Fertiabono), y una ‘comisión de alto nivel’ liderada por Produce para instalar una planta nacional de urea.
Esto es, una planta con inversión estatal que aproveche nuestros recursos de gas natural, combustible que constituye “la principal materia prima para la fabricación de fertilizantes y, sobre todo, de urea”, anota Álvaro Ríos, socio fundador de la consultora Gas Energy.
Se trata de un recurso que abunda en el Perú y al que no se le da el debido uso.
En efecto. El último Informe del Sector Gas Natural Perú, divulgado por Promigas, resalta que Pluspetrol reinyectó un promedio de 325 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas en el 2021.
Hablamos del 35% de la producción diaria de gas natural de Camisea, que se devuelve al subsuelo por falta de mercados.
Federico Noguera, ingeniero petroquímico y ex gerente de la unidad de gas natural de GMP, advierte que con una parte de este gas desperdiciado se puede habilitar tranquilamente una planta petroquímica de urea.
“Tenemos lo más importante, que es el gas natural. Hoy en Camisea se reinyecta un volumen que puede ser empleado para una planta de fertilizantes con solo 100 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas, los cuales permitirían producir y, aún, exportar algo de urea”, señala.
La abundancia de gas natural en Camisea no es, sin embargo, la única ventaja de contar este hidrocarburo.
LOS ASTROS SE ALINEAN
La guerra entre Ucrania y Rusia no solo ha disparado el precio internacional de la urea (ver gráfico) sino también los precios del gas natural en todo el mundo, con excepción de unos pocos países.
“La buena noticia es que el contexto internacional es favorable. Los precios están por las nubes en Europa y Estados Unidos (marcador Henry Hub), y el Perú es uno de los pocos países donde el gas natural no ha aumentado de precio (debido al contrato regulado del lote 88)”, apunta Pablo Campana, gerente comercial de grandes clientes de Pluspetrol.
Esto es, todo lo contrario, a lo acontecido una década atrás, cuando la súbita irrupción de la tecnología del shale gas en Estados Unidos, más barato que el de Camisea, desincentivó los proyectos petroquímicos (tres, cuando menos) que entonces se desarrollaban en Ica.
Gustavo Navarro, ex director general de hidrocarburos, recuerda que cuando las empresas petroquímicas advirtieron esto decidieron realizar su inversión en Norteamérica porque el gas estaba más barato allá y porque acá tenían que construir “puertos, carreteras, facilidades y toda clase de cosas que son de infraestructura básica”, que entonces no existían.
Desde entonces, sin embargo, las cosas han cambiado mucho.
“Hoy es como si todos los astros se alinearan para que el Perú esté en un lugar de privilegio para desarrollar un proyecto petroquímico”, anota Walter Sciutto, gerente general de Contugas, distribuidor del gas natural en Ica.
El ejecutivo apunta que no solo concurren condiciones favorables precios son inmejorables, sino que ya existe una zona asignada para la implementación de un complejo petroquímica en Marcona (desde 2010) con infraestructura disponible, la cual incluye un ducto con capacidad máxima de 328 mmpcd, vías de acceso y un puerto con calado para grandes barcos.
PLANTA EN MARCONA
En opinión de Campana, estas ventajosas condiciones deberían ser aprovechada para implementar sin demora una planta de urea en Marcona, proyecto que será un win-win, pues aportará el doble beneficio de producir fertilizantes para la agricultura, por un lado, y hacer despegar la masificación del gas natural fuera de Lima, por el otro.
De hecho, Sciutto reveló a esta Diario que el Gobierno ha requerido a Pluspetrol (productor del gas de Camisea), TGP (transportista) y Contugas (distribuidor para Ica), información técnica relacionada con la implementación de una planta de urea en Ica.
La intención primigenia del gobierno era desarrollar el proyecto con recursos públicos ya sea en Piura, con los fosfatos de Bayóvar (lo cual implicaba un proceso diferente), o en Cusco, lugar impracticable por su lejanía de los mercados principales de la urea en el país.
Ahora el Ejecutivo propone construir la planta de urea con apoyo del sector privado o a través de un contrato de Estado a Estado, de preferencia en la costa.
De acuerdo a Álvaro Ríos, esta es la elección más acertada porque permite acercar el producto a los cultivos costeños de arroz y maíz, que son los que más se benefician con el uso de este fertilizante, y porque, además, permite exportar los excedentes.
“Las regiones costeras son las más intensivas en el consumo de fertilizantes, porque en la sierra cinco de cada diez agricultores los emplean, mientras que en la costa ocho de cada diez lo hacen”, apunta Giacomo Andrés Puccio.
Eleodoro Mayorga, ex ministro de Energía y Minas, son Marcona o Matarani, considera que los lugares ideales para implementar este proyecto son Marcona y Matarani (Arequipa).
Esta segunda propuesta choca, sin embargo, con un gran escollo: la ausencia de un ducto que permite traer el gas desde Camisea.
Por esta razón, Sciutto asevera que la mejor alternativa es la de Marcona, porque tiene todo a la mano para que el inversionista implemente una planta de urea “sin tener que desembolsar ni un dólar adicional de Capex”.
UREA PARA EXPORTAR
Los expertos en hidrocarburos consideran que la construcción de una planta de urea (petroquímica del metano) es la mejor manera de masificar el gas natural, por las economías de escala que genera.
Para lograr esto, Gustavo Navarro aconseja implementar un proyecto de gran tamaño que permita lograr costos más competitivos que las plantas petroquímicas de Estados Unidos y que posibilite, además, producir y exportar explosivos (anfo) para la minería.
Y eso es, precisamente, lo que busca Contugas. La empresa de capitales colombianos propone construir un complejo petroquímico capaz de producir 1,2 millones de toneladas de urea por año, esto es, dos veces el consumo nacional de este fertilizante.
Esto significa que la mitad de la producción se exportaría.
Dicha planta produciría también 225 mil toneladas de nitrato de amonio (materia primera para el anfo). Esto con un insumo de 120 mmpcd de gas y una inversión estimada en US$1.600 millones a US$1.800 millones.
De acuerdo a Walter Sciutto, si la planta se empieza a construir hoy, estaría operativa a mediados de 2026 o 2027, por lo que “hay que poner manos a la obra ya”.
¿Qué se necesita para esto? Según Erick García, ex director de hidrocarburos del Minem, solo se requiere el compromiso del Estado como promotor y facilitador del negocio, porque las normas sobre petroquímica “ya están escritas”.
Esto incluye sentarse a conversar con Contugas, TGP y el Consorcio Camisea para obtener un precio competitivo por el gas, similar al que pagan las empresas de generación eléctrica.
“Yo sé que el consorcio se ha puesto de acuerdo para ofrecer un precio en planta para el gas de US$3,5 por millón de BTU”, indica.
Sciutto advierte, no obstante, que si esta iniciativa no se logra ejecutar en los próximos seis a ocho meses, “perderemos la oportunidad”.
“Hoy, la necesidad de urea es mundial, pero los inversionistas en petroquímica no van a esperar cinco o seis años para que Gobierno se decida”, anota.