Cada vez, con más frecuencia, personas jóvenes se convierten en jefes en sus trabajos o son contratados por una empresa para manejar un equipo en el que pueden comandar a personas mayores que ellos. No en vano tres de cada 10 jefaturas en el mundo son ocupadas por los 'millennials', apunta el director de Desarrollo de negocios en Latinoamérica de PCG Consulting, Diego Andiarena.
Estas contrataciones en los trabajos pueden obedecer a distintas razones estratégicas: una sólida formación académica en corto tiempo, competencias demostradas para la innovación, una visión más fresca y distinta del negocio o la búsqueda de cuadros más jóvenes que reemplacen a los más antiguos en una futura sucesión.
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Entonces, considerando que la disrupción generacional y la forma de concebir el trabajo difiere, ¿cómo evitar un conflicto y hacer que ambos grupos interactúen con fluidez en la oficina?
De acuerdo con Andiarena, para evitar que el buen clima se destruya, tanto la empresa, los equipos de trabajo y el jefe joven tienen que tener como elemento clave a la comunicación. "Lo peor que puede pasar en este proceso es que no haya diálogo y que cada parte asuma lo que el otro quiere".
Así, desde el lado de la empresa, se recomienda el acompañamiento de un mentor (un directivo reconocido dentro de la organización) para que presente a este jefe al equipo y difunda qué es lo que se espera de él en el grupo.
"Si no, no se van a entender los méritos que han hecho posibles que ese joven ocupe esa posición y probablemente se empiecen a generar rumores que lo desprestigien o menosprecien", apunta.
En tanto, el equipo tiene que tener claro cuáles fueron las exigencias del proceso de contratación y el perfil del jefe joven. "Tienen que saber por qué lo contrataron, por qué nadie fue promocionado (de ser el caso), qué les falta a los miembros del equipo para ser un candidato potencial para una próxima oportunidad", señala Andiarena.
Además, el directivo de PCG Consulting recuerda que la oficina entera debe saber qué es lo que se espera de ellos respecto a la nueva contratación; si esta responde a cambios en la estrategia o a flojos rendimientos y bajos resultados pasados. "Esto, para tener en claro qué esperan de nosotros y cómo nosotros, siendo 'los viejos' de la organización, vamos a ayudar en este proceso al jefe", añadió.
Del lado del jefe joven es vital que valor a su equipo y evite una actitud soberbia. "No hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión", explica. "El jefe joven no debe entrar con un discurso basado en que el equipo ha hecho todo mal y él salvará la situación o que ellos deben entender su forma de trabajo porque él es el que sabe más [...] si lo hace, va a complicar su vida en el trabajo", anota.
Si no quiere ver estallar una guerra en la oficina, el jefe debe tender puentes y explicar desde el inicio qué es lo que quiere alcanzar y cómo lo va lograr. "[El jefe debe indicar] si se va a apoyar en la tecnología, cómo va a trabajar y no hacer que las cosas queden asumidas", finaliza Andiarena.