¿Es posible que la creación de puestos de trabajo formales sea atractiva para las empresas?

Así, tras las declaraciones de la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, sobre la recuperación del empleo y las reformas que viene proponiendo el Estado para la formalización laboral, especialistas consultados advierten dos frentes que deberían tenerse en cuenta para abordar el tema y hacer que la formalización sea atractiva para las empresas: el laboral y el tributario.

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Para Percy Alache, socio líder de Servicios Laborales en PwC Perú, se habla mucho de una reforma tributaria pero sin tomar en cuenta a las empresas, especialmente a las micro y pequeñas, que tienen la mayor masa de trabajadores.

“Las empresas necesitan oxígeno financiero para solventar las operaciones, pagar impuestos y planillas. Al respecto, existen dos columnas vertebrales: una reforma tributaria dando facilidad a empresas y el financiamiento a través del acceso al crédito”, anotó.

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Sobre las normas laborales, Alache argumentó que existen dos frentes para tener una reforma contundente. Primero que las normas permitan flexibilidad tanto para contratar como para desvincular, y que los criterios establecidos para enfrentar litigios laborales en el Poder Judicial se actualicen y corrijan.

“No se trata de sacar gente masivamente, sino que la ley tiene muchos candados para poder desvincular personas que no son productivas en la organización. Esto debe estar ligado a un segundo punto, en el que el juez o inspector de la Sunafil o no sigue la ley o la interpreta de manera diferente”, agregó.

Sobre ese primer punto coincide César Puntriano, socio principal del Estudio Muñiz, al advertir que el mercado peruano tiene normas laborales muy rígidas y una plaza laboral muy costosa.

“Hoy es muy costoso despedir a un trabajador del régimen común. Si bien las microempresas tienen una indemnización por despido especial, la jurisprudencia permite que los trabajadores renuncien a esa indemnización y demanden su reposición. En este sentido, reponer a una persona tiene un costo muy alto, imagínense ese costo para la microempresa”, anotó.

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Puntriano también sugiere la flexibilización de los temas fiscales, administrativos y de tributos muy altos para las empresas. “La Sunat podría ofrecer una amnistía tributaria, perdonando tributos no pagados a las empresas mientras estuvieron en el sector informal, en aras de formalizar a la microempresa”, añadió.

EMPLEO JUVENIL

Otro tema que se pone sobre la mesa es el relacionado a un segmento de la población con muy alto porcentaje de informalidad y que debería ser abordado. “El rango de jóvenes de entre 19 y 24 años tiene una alta informalidad, que llega hasta el 90%”, señaló Puntriano.

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El laboralista se refirió al Proyecto de Ley No. 320/2021-CR, que promueve la inclusión laboral de jóvenes y adultos mayores presentado en el Congreso a fines de setiembre, que busca, entre otros objetivos con otros grupos de edades, fomentar el empleo formal para los jóvenes a través de una doble deducción de los costos laborales no salariales.

“Si por ejemplo una empresa paga S/1.000 de gratificación, pueden deducir S/2.000 del Impuesto a la Renta de tercera categoría a favor del empleador (es una doble deducción de costos no salariales: gratificaciones, vacaciones, CTS, despido arbitrario y seguro social). Es una opción interesante, ya se ha planteado y debería debatirse y mejorarse, incorporándole el tema de la flexibilidad laboral”, anotó Puntriano.

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Por otro lado, Alache apunta a la dinamización de la economía, la masificación de los puestos de trabajo y que el marco normativo se actualice de acuerdo con los conceptos de realidad económica que actualmente tiene el país.

“La crisis no solo viene del Perú, sino que es una crisis mundial, entonces necesitamos atraer inversión extranjera y promover la inversión local en todas las regiones del país, librando esos obstáculos”, finalizó.

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