Jorge Falen

Los países de América Latina y el Caribe presentarían bajos niveles de crecimiento económico que este año alcanzarían el 1,7% y 1,5% en el 2024 por un menor dinamismo de la producción y comercio globales, de acuerdo con la última estimación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Según este organismo, el PBI del Perú, por segundo año consecutivo tras la pandemia, crecería por debajo del promedio regional, con solo 1,3% (cifra mayor que el 0,9% estimado por el BCR en su último Reporte de Inflación). En el 2022, la economía local creció 2,7% y puso fin a 18 años seguidos (a excepción del 2020) de crecimiento superior al resto del continente.

Las tasas de inflación seguirían bajando hacia fin de año en la mayoría de los países, pero sin estar dentro del límite permitido por los bancos centrales. La excepción a esta tendencia serían Argentina y Venezuela, que en agosto alcanzaron inflaciones anualizadas de 124% y 398%, entre las cuatro más altas del mundo.

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¿Qué le espera a la actividad económica local y de la región? El exministro de Economía y director ejecutivo de Videnza Instituto, Luis Miguel Castilla, señala que el consenso de crecimiento local para este año es menor al 1% y para el 2024 subiría al 3%, aunque sujeto a riesgos como la severidad del Fenómeno El Niño, la convulsión política o que no se mejore el entorno de negocios. Asimismo, resalta que la desaceleración abarca no solo los sectores primarios, sino también se ha extendido a componentes importantes de la demanda interna como el consumo privado.

“No solo han caído los sectores primarios [agro, pesca], la demanda interna también ha tenido una contracción importante. Manufactura, construcción, servicios, casi toda la economía. La excepción es la minería. Sin Quellaveco, este año tendríamos una economía cerrando en negativo”, explica.

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Castilla agrega que la proyección de crecimiento en la región creció por un mejor desempeño de Brasil y México, mientras que Argentina requerirá un fuerte ajuste fiscal para bajar su inflación. “La reducción de la inflación en Argentina, que conjuntamente con Venezuela tienen los mayores niveles, va a ser difícil porque implica adoptar un ajuste fiscal y volver a tratar de negociar términos nuevos con el Fondo Monetario Internacional. El principal deudor del FMI es Argentina. Al margen del candidato que gane, se viene una política de estabilización típica mucho más fuerte que probablemente haga que el país crezca menos y que la inflación se reduzca o se mantenga si no consiguen hacer el ajuste que tienen que hacer”, precisa.