El cobre hacía una pausa el jueves frente al cierre de los mercados chinos por el festivo de Año Nuevo Lunar, tras cuatro días de alzas que elevaron los precios del metal a máximos de ocho años, avance que se mantendría ante la escasez de suministros.
A las 11:54 GMT, el cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) operaba estable en US$8.299 la tonelada, en el inicio del receso en China de una semana. El miércoles, el insumo llegó a los US$8.327,50, su nivel más alto desde febrero de 2013.
Muchos analistas pronostican una racha alcista de varios años, ya que la demanda supera a la oferta, aunque Gianclaudio Torlizzi, socio de la consultora T-Commodity, opinó que el mercado podría estar adelantándose a sí mismo.
“Cuanto más suba el precio en el muy corto plazo, mayor será la caída en la segunda mitad de este año”, sostuvo. “Se volverá a probar el nivel de 7.000 dólares. Si llega a los 9.000 dólares, será una buena oportunidad para vender”.
Los inventarios de cobre en los almacenes registrados en la LME y Comex están cayendo. Las existencias de la LME suman 73.500 toneladas, cerca de su nivel más bajo desde 2005.
Los inventarios en los almacenes de la Bolsa de Futuros de Shanghái cayeron en enero a su nivel más bajo desde 2011 antes de subir ligeramente a 78.571 toneladas.
El mar embravecido y la escasez de contenedores han empantanado los envíos de cátodos de cobre desde Chile, el mayor productor mundial, y podrían continuar desacelerando las exportaciones.
Las acciones globales subían por noveno día, mientras que el dólar puso fin a una débil racha que abarataba los metales para los tenedores de otras divisas.