El cobre operaba a la baja este jueves, ya que los inversores ponían en duda que la demanda tenga una recuperación que logre ampliar una escalada de los precios más allá de los máximos de dos años que alcanzaron el mes pasado.
A las 1050 GMT, el cobre de referencia en la Bolsa de Metales de Londres (LME) caía un 0,7% a US$6.451 la tonelada.
El metal repuntó desde el piso de US$4.371 al que cayó en marzo a un máximo de US$6.633 en julio, luego de que China, el mayor consumidor mundial, levantó los cierres impuestos por el coronavirus. Pero desde entonces los precios han oscilado.
“El mercado no sabe a dónde ir dado que fuera de China hay un crecimiento negativo en la demanda”, afirmó Carsten Menke, analista de Julius Baer.
El COVID-19 no está afectando tanto el suministro como se temía y el mercado tendrá un superávit durante el resto del año, afirmó Menke. “Mi (precio) objetivo es US$6.250. Los niveles actuales son básicamente valor justo”.
Los pedidos de bienes manufacturados en Alemania aumentaron con fuerza durante junio, pero se mantuvieron muy por debajo de los niveles pre pandemia, según datos que se ajustan a un repunte generalizado en la actividad manufacturera global. Sin embargo, siguen creciendo los casos de coronavirus.
Antaike, el brazo de investigación de la asociación de metales no ferrosos de China, dijo que el país importaría 3,5 millones de toneladas de cobre este año, bajo los 3,55 millones de toneladas de 2019.
La producción de cobre en Chile y Perú, los mayores productores del metal, repuntó desde las interrupciones causadas en junio por el virus, según datos de sus gobiernos.