El director del Instituto Económico Alemán, Clemens Fuest, indicó que hay pocos indicios de la dinámica de recuperación que debería tener Alemania tras la pandemia y la crisis de los precios de la energía. (Foto: EFE)
El director del Instituto Económico Alemán, Clemens Fuest, indicó que hay pocos indicios de la dinámica de recuperación que debería tener Alemania tras la pandemia y la crisis de los precios de la energía. (Foto: EFE)
/ FILIP SINGER
Agencia EFE

Economistas del Instituto Económico Alemán Ifo, el Instituto para la Economía Mundial (IfW) y el instituto de investigación económica RWI advierten de que la economía alemana podría enfrentarse a un estancamiento a largo plazo, en declaraciones al semanario Spiegel.

Según el director del Ifo, Clemens Fuest, “la situación no es buena e, incluso, está empeorando”.

“Hay pocos indicios de la dinámica de recuperación que deberíamos ver tras la pandemia y la crisis de los precios de la energía”, agrega, y pronostica que, en el peor de los casos, “Alemania podría estancarse durante años”.

También el jefe de investigación económica del IfW, Stefan Kooths, teme una debilidad sostenida del crecimiento.

Hasta ahora el potencial de crecimiento medio de Alemania era de entre el 1,3 % y el 1,4 % anual, pero dentro de unos pocos años, esta tasa bajará al 0,5 %, señala el experto, quien apunta al envejecimiento de la sociedad y la consiguiente escasez de mano de obra como la razón principal.

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En 2024 llegaremos el cenit de la población activa”, y a partir de entonces el número absoluto de personas empleadas disminuirá, precisa.

De esta manera, la debilidad económica amenaza con convertirse en un problema permanente.

Ya en los dos últimos trimestres el producto interior bruto disminuyó ligeramente, y en la actualidad se encuentra todavía por debajo del nivel previo a la crisis de la pandemia del coronavirus, indica Fuest, quien considera que Alemania está teniendo “más dificultades que otros países para salir del agujero”.

En los últimos tiempos la economía alemana se ha visto negativamente afectada sobre todo por el aumento de la inflación y la crisis de los precios de la energía, a lo que se suma un debilitamiento del consumo.

Según estimaciones del IfW de Kiel, las rentas altas ahorraron durante la pandemia más de 200.000 millones de euros, pero hasta el momento han hecho bien poco por gastar este dinero.

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“No obstante, esto debería mejorar con una inflación en descenso y más acuerdos salariales en la segunda mitad del año”, afirma Torsten Schmidt, jefe de investigación económica del RWI.

A medio y largo plazo, tres transformaciones -la de la industria automovilística hacia la electromovilidad, la descarbonización y la digitalización- plantearán grandes retos a la economía alemana y un problema particular será probablemente la escasez de trabajadores cualificados.

“Si las cosas van mal podríamos enfrentarnos a una japonización”, dice Fuest al referirse a la situación de Japón, que lleva décadas sufriendo un fuerte envejecimiento y bajas cifras de crecimiento.

En Alemania hay de hecho muchas empresas flexibles dispuestas a cambiar, “pero también necesitamos esta mentalidad entre los políticos, y entre los votantes”, añade.

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