Los títulos de la plataforma de entretenimiento en directo Netflix caían un 11,42% dos horas después del inicio de las operaciones en Wall Street este jueves, después de que los resultados presentados ayer mostraran un incremento de las suscripciones menor del esperado.
Cada acción de Netflix se cotizaba por US$321,06, una caída de 41,38 con respecto al cierre de la sesión de ayer miércoles, ya que sus resultados se presentaron al final de las operaciones bursátiles.
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Entre enero y junio, la empresa con sede en Los Gatos (California, EE.UU.) ingresó US$9.444 millones, por encima de los US$7.608 millones facturados en los seis primeros meses del ejercicio anterior, pero también aumentaron sustancialmente sus gastos de marketing, administración y desarrollo.
Todo ello, sumado a la súbita ralentización en la cifra de nuevos abonados, redujo sustancialmente los beneficios de Netflix e hizo que sus accionistas se embolsasen en la primera mitad del año US$1,41 por título, frente a los US$1,55 ganados en el mismo período del ejercicio pasado.
Desde enero, la empresa de producción de contenidos audiovisuales ha logrado 12,3 millones de suscriptores en todo el mundo, pero el dato que eclipsó a todos los demás hoy en Wall Street fue el del segundo trimestre (de abril a junio), que se cerró con 2,7 millones de nuevos clientes, casi la mitad de los 5 millones que esperaba la empresa.
Sin embargo, numerosos analistas estimaban que en el tercer trimestre el dato mejorará, debido principalmente al estreno a principios de julio de la serie "Stranger Things", un fenómeno que batió récords de visualizaciones en la plataforma.
"Las tendencias tempranas del tercer trimestre son fuertes, dirigidas por la tercera temporada de 'Stranger Things', y creemos que la tasa de cancelación de clientes se ha reducido a niveles previos al incremento de los precios", dijo el analista de JPMorgan, Doug Anmuth, citado en la CNBC.
La compañía justificó en parte el fallo de sus cálculos de futuro precisamente por el "éxito" obtenido hace tres meses, al entender que muchos clientes habrían adelantado su decisión de compra de primavera a invierno y por tanto los buenos números de enero a marzo serían en parte responsables de la caída entre abril y junio.