Ante la imposibilidad de producir cerveza durante la cuarentena decretada para mitigar la propagación del coronavirus, Backus ya prevé un golpe muy fuerte en sus operaciones. “Podríamos tener volúmenes de ingresos equivalentes a los que hubiéramos obtenido diez años atrás”, señala María Julia Sáenz, directora de Asuntos Corporativos y Legal en la empresa cervecera. Teniendo en cuenta que la fuerza de ventas de la empresa se concentra en las cervezas, Sáenz asevera que el impacto de la paralización de actividades será duro; aunque la compañía no dejo de operar al 100%.
Entre otros temas, la ejecutiva dio cuenta del avance que registra la construcción de la unidad hospitalaria para policías en el distrito del Rímac y la inversión que este ha implicado.
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¿Cómo surgió la iniciativa de la unidad hospitalaria?
La idea del hospital está estructurada dentro de un proceso mayor de decisión de la compañía. El primer momento del proceso tiene la lógica de Backus y de su historia. En este momento sin precedentes, lo que definimos como prioridad fue estar cerca de la primera línea de atención; poder ayudar a las Fuerzas Armadas, a los médicos, bomberos, policías, en general, que son la primera línea de defensa en materia de crisis y que necesitaban de nuestra colaboración. [...] Encontramos que esa primera línea de defensa tenía espacios débiles grandes. El mayor que nos preocupó fue el de la Policía. Fuimos conscientes de las dificultades que enfrenta en materia de atención de salud y todas las limitaciones que tenían en materia de infraestructura hospitalaria. Fue así como pudimos –en una conversación con el exministro del Interior Morán– identificar que lo que se requería realmente era fortalecer la infraestructura hospitalaria de la policía. Así es como estructuramos esta donación, que es el hospital COVID-19 para la Policía. Creemos que está alineado con nuestro propósito y con nuestra forma de operar en el mundo, porque lo hemos hecho también en otros espacios.
¿Qué avances ha registrado la construcción de esta unidad?
Este es un hospital que se está construyendo; todavía no lo hemos entregado. Iniciamos el proceso a finales de marzo y en este momento estamos haciendo la construcción. Lo que hicimos la semana pasada fue presentarlo en sociedad con el ministro y nuestro presidente. Esperamos que todo este proceso termine en la quincena de mayo, [fecha] en la que podamos tener instalada toda la infraestructura y los respiradores que estamos colocando.
¿Cuánto ha sido el monto de inversión destinada para esta obra?
El monto exacto todavía no está cerrado, pero lo que te puedo decir es que todo lo que teníamos destinado para la Copa América se fue a esta inversión. Cristal es la marca emblemática del fútbol y somos aliados de la selección nacional desde hace muchísimos años.
Teniendo en cuenta esta inversión, ¿con qué capacidad contará la unidad hospitalaria?
La unidad hospitalaria tiene una capacidad para 30 camas de cuidados básicos de hospitalización, y 15 camas de cuidados semi-intensivos que cuenta con ventiladores, equipo médico, para un funcionamiento óptimo. Es una unidad hospitalaria exclusiva de COVID-19. Se encuentra instalada al costado del Hospital de Policía Augusto B. Leguía que está en el Rímac.
Los sectores ya están comenzando a precisar sus protocolos para reiniciar sus actividades. ¿Qué medidas consideraron incluir como empresa?
Primero debemos tener en cuenta que nosotros no dejamos de operar al 100%, porque fuimos parte de la primera etapa de esenciales. Como compañía estuvimos considerados en el rubro de bebidas y restringidos a bebidas sin alcohol. Luego, recientemente, hemos recibido la autorización para la distribución de cerveza, porque la venta del producto y otros alcoholes no está prohibida. No tenemos una ley seca en el Perú. Nuestros procesos productivos –que constan de producción, distribución y venta– están suspendidos solo en la parte de producción de cerveza, porque estamos produciendo agua y otras bebidas no alcohólicas, que estamos vendiendo y distribuyendo. En este proceso, además, mucho antes de que el Gobierno estableciera los protocolos, nosotros hicimos un protocolo que además ha pasado por nuestros estándares de seguridad, que son altos.
¿Ya presentaron este documento a las autoridades?
Ese protocolo lo presentamos al Ministerio de la Producción (Produce). Lo hicimos a través de la Sociedad Nacional de Industrias y lo hemos puesto a disposición tanto de las autoridades como de las otras industrias porque creemos que la experiencia ganada se tiene que compartir. Ya esos protocolos están en manos de las autoridades y lo que estamos esperando hoy es la apertura de los procesos que el Estado está creando para verificación, en donde seguramente nos vamos a tener que adecuar a lo que disponga el Produce. Todavía no tenemos información.
¿Qué especificaciones tiene ese protocolo?
Es un protocolo que tiene mucho detalle, que básicamente está buscando cumplir con los fundamentos esenciales en el control de la pandemia. Nosotros estamos directamente conectados con la estrategia del Gobierno, del aislamiento y del distanciamiento, y también de las barreras físicas y químicas en este proceso. En relación con lo primero, hemos cumplido con el aislamiento y pretendemos con el retorno que sea progresivo y cuidadoso. Y en la distancia social con todos los procesos que estamos manejando –uso de mascarilla, distancia de dos metros–. Hemos suspendido las reuniones presenciales, todo el trabajo que estamos haciendo es remoto. El cambio de turno es básicamente electrónico, el uso de desinfectantes, la inocuidad de los espacios donde vamos a trabajar cuando regresemos, el control de acceso... Estamos tomando medidas de temperatura y colocando en todos nuestros centros cámaras térmicas que permitan captar la temperatura de las personas. Tenemos protocolos de seguridad asociados a declaraciones de las propias personas que entran y salen de nuestras instalaciones.
En vista de los procesos de adecuación de la empresa a las exigencias sanitarias, y lo que ha acontecido en general para el sector empresarial, ¿cuáles son sus proyecciones para este año?
La caída ha sido tremenda. Estamos operando al 10% de nuestra capacidad. Nuestro negocio es cervecero, fundamentalmente. No distribuir y vender cervezas por treinta días; y por cincuenta y dos días, producirla, te puedes imaginar… Nosotros básicamente somos cerveceros, ha sido durísimo.
¿Cuánto les ha afectado?
Yo creo que es una cifra que se va moviendo. La caída del PBI que espera la mayoría de analistas, en alrededor del 10% -una cifra conservadora-, se refleja en operaciones como las nuestras. Nosotros hemos perdido el primer trimestre en estimación; y con respecto a los volúmenes y resultados que vamos a obtener en este año, si es que se logra la reactivación planeada de acuerdo con lo que establezca el Estado, probablemente tendremos volúmenes de ingresos equivalentes a los que hubiéramos obtenido diez años atrás, más o menos. Lo que creo que sí es correcto afirmar es que el impacto es muy fuerte y que la caída de las operaciones ha sido muy relevante.
¿Esperan algunos anuncios para el sector por parte del Gobierno?
Los impulsos que el Gobierno ha aprobado y que son muy valientes no nos han impactado en términos de beneficio. Ninguna de las medidas tomadas tiene un impulso concreto hacia nuestro sector. Pero lo que nosotros esperamos realmente es la reactivación de la economía. Nosotros sentimos que estamos en la capacidad de operar con seguridad y con cuidado. [...] En otras palabras, no esperamos un incentivo particular.
¿De cuántos empleos estamos hablando?
La industria cervecera cuenta con 20.000 empleos indirectos, y 5.000 empleos directos, y estamos buscando que esa reactivación nos permita conservar el empleo para estas personas, y que podamos ser un motor de transformación y de cambio en la economía peruana. Lo segundo que sí esperamos es que estos esfuerzos grandes que está haciendo el Estado para no interrumpir la cadena de pagos en los más pequeñitos, lleguen efectivamente a los más pequeñitos. Nosotros tenemos un socio fundamental en nuestro negocio, que es el bodeguero. Atendemos a más de 150.000 bodegas directamente, que son negocios muy chiquitos. La cerveza representa el 30% de los ingresos de los bodegueros, con lo que el no haber podido vender por treinta días y hoy están distribuyendo con restricciones por la situación de emergencia que estamos viviendo ha puesto a los bodegueros en una situación crítica. Y lo que nosotros pretendemos como compañía es ayudar al Estado a que ese esfuerzo importante que está haciendo –de inyectar capital a los pequeñitos– llegue, definitivamente, a ellos. Creeemos que podemos ser un aliado estratégico en este espacio. Estamos explorando los mecanismos como Reactiva o FAE-Mype para ver cómo podemos laborar para que estos negocios chiquitos reciban ese incentivo que les permita seguir adelante.
¿Qué otras iniciativas tienen en marcha?
Tenemos una iniciativa digital que se llama “Tienda cerca”, que permite dar visibilidad a las bodegas en una herramienta que tiene geolocalización y que va a permitir que todas las que estén inscritas en ella sean identificadas por los usuarios. Esta iniciativa va, además, apalancada con un decálogo de la seguridad para los bodegueros, donde les estamos ayudando a tomar medidas por la venta que hacen y medidas por la gente va a comprar. Y también, hemos hecho los esfuerzos de proveer de kits de seguridad y de limpieza para que puedan trabajar. La segunda iniciativa es “Unidos en la mesa”. Se trata de una iniciativa de Cusqueña, que es una marca nuestra identificada con la gastronomía. Lo que busca es rescatar a los restauranteros que están sufriendo muchísimo el impacto. Usted puede entrar a la plataforma y ofrecer un cupón para consumo futuro. Y lo que nosotros vamos a hacer, desde Cusqueña, es duplicar los primeros 1.500 vales. Si algo tenemos de enseñanza de esta gran crisis es que nos está llevando a la necesidad profunda de ser solidarios.
A partir de lo que hemos conversado, ¿cómo va a afrontar Backus este proceso de transformación?
Como toda crisis, acelera los procesos históricos. Nosotros ya estábamos en el proceso de transformación digital grande, y ya estábamos trabajando en temas de cambios de hábito de consumo y espacios, y ocasiones de consumo. Lo que la crisis ha hecho es acelerar esa mirada de futuro que ya como Backus teníamos. Estamos buscando tendencias diferentes en los consumidores: están buscando otros sabores, otros espacios, otro tipo de dietas, hay consumidores que están buscando equilibrio, balance, etcétera. Los consumidores hemos cambiado nuestros hábitos y hoy más que nunca vamos a cambiar también nuestras costumbres. Como empresa también estamos en ese proceso de transformación. Finalmente, la cerveza es una bebida de moderación que está presente en espacios de celebración, pero también en espacios de cercanía. No vamos a ver las grandes fiestas o las grandes celebraciones, pero sí vamos a ver espacios de comunidad, de comunión, con niveles de seguridad. Lo que toca hacer es reinventarse, y en ese proceso ya estábamos.
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