El incipiente “boom” de la vivienda verde se extiende tanto a la construcción privada como a la de protección oficial. (Foto: Andina)
El incipiente “boom” de la vivienda verde se extiende tanto a la construcción privada como a la de protección oficial. (Foto: Andina)
Agencia EFE

Con un creciente interés del público, más ayudas del Estado, el interés de las constructoras y nuevos productos financieros orientados hacia la , este tipo de construcción se consolida como el futuro ineludible del peruano.

Así lo confirman a EFE tanto los consumidores finales como el resto de agentes de un sistema que ven cómo la construcción bajo parámetros sostenibles o que ofrezcan a futuro un menor impacto ambiental ha cobrado fuerza en el país de manera exponencial.

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Para hacerte una idea, Perú es un país que recién está explorando esta área y por tanto tiene mucho para avanzar. Pero te digo que no es el futuro. Es el ahora. Cómo ejemplo, de los últimos siete proyectos que maneja nuestra empresa, los siete llevan algún tipo de certificado verde porque ese es el modelo de negocio que hay”, indicaron a EFE Carlos Taboada y José Luis Alzamora, de la constructora Tale.

Bonos y créditos

El incipiente “boom” de la vivienda verde se extiende tanto a la construcción privada como a la de protección oficial, con incentivos que provienen tanto del Estado con el denominado bono Mi Vivienda, que bonifica al ciudadano que adquiere una residencia certificada con parámetros de sostenibilidad, como de los agentes privados interesados en este mercado.

Nuestro banco ya veía que buena parte de la población económicamente activa peruana es muy joven, ‘milenial’, en donde el tema ambiental está muy presente. Vimos también que se puede vincular con la vivienda y que hay certificaciones que ayudan a identificar proyectos que contribuyen a sostener el medio ambiente. Y se ataron cabos”, reconoció a EFE Manuel Piñán, gerente de Negocio Inmobiliario del BBVA Perú.

Según relató el banquero, pronto se desarrolló un modelo de negocio en donde se dio prioridad a desarrolladores inmobiliarios que buscaran obtener certificados “verdes” y obras con ahorros energéticos.

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En 2019 había no más de 4 o 5 proyectos en Lima que tenían el certificado EDGE (certificado de sustentabilidad ambiental emitido por el Banco Mundial), pero ya en 2020 más desarrolladores han mirado al sello verde como una oportunidad y ahora hay como diez proyectos en marcha. Tanto el cliente final como los constructores han empezado a tocarnos la puerta para este modelo de vivienda”, indicó Piñán.

Tal es así que el banco planea lanzar en breve propuestas específicas para ayudar tanto a la construcción como la compra de vivienda certificada, que facilite también una reducción en el costo de la misma, que es hasta la fecha el principal freno para su expansión.

No es el futuro, es el presente inmediato. La pandemia lo ha acelerado. Nosotros queremos aprovecharlo, claro, pues es además un proyecto que es bondadoso para todos: adquirir una vivienda es un objetivo trascendente para las familias, y que eso permita cuidar el medio ambiente y la convivencia, pues es algo que nos interesa”, razonó Piñán.

Bajar costos

Precisamente reducir el costo es lo que Mario Vargas, gerente de la empresa Líder Grupo Constructor, ve como la mejora que hace falta para que este modelo de vivienda sea imparable.

El Estado ya aporta beneficios con sus bonos para la adquisición de vivienda, y hay otros agentes que hacen que se den mejoras en el acceso que se traducen en beneficios al cliente final, quien además ya está bien educado en la importancia de las certificaciones y la sustentabilidad”, dijo a EFE el constructor.

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A su juicio, la apuesta por la vivienda verde es una hecha “a largo plazo” que requiere acciones colectivas de todos los agentes para sumar esfuerzos, algo que, de hecho, ya se está haciendo.

Cada vez hay más inmobiliarias metidas en ello, hay bancos metidos en la financiación con mejores condiciones para la vivienda, y el Estado suma esfuerzos con incentivos para que haya mejores tasas con las que financiar al cliente final. Si eso entra en un círculo virtuoso será perfecto”, acotó.

En cualquier caso, para Vargas Perú está “en el buen camino” en este aspecto, con una comunicación cada vez más franca entre clientes, inmobiliarias y financistas que hace que se apueste por estas viviendas certificadas “no solo por ahorro, sino por sus beneficios generales para todos a largo plazo”.

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