Los pronósticos que acertaron sobre los colosos tecnológicos
Los pronósticos que acertaron sobre los colosos tecnológicos
Redacción EC

MARCELA MENDOZA RIOFRÍO

Al cierre del 2012 se hablaba del inicio de la era “”, del auge de los y las , de la inminente caída de grandulones como o y de un y un Hp que no lograrían zafarse de la cuerda floja. Nada de todo eso que se dijo quedó sin cumplirse.

Y aun cuando no consideramos que fue un año perdido – como afirmó Christopher Mims en  – está claro que fue el año en que varios grandes trastabillaron y muchos otros que sí sobrevivieron, no lo hicieron con tanto garbo.

VENTANAS VS. MANZANAS

Las ventas de equipos móviles en el país se duplicaron y en el mundo no hubo país en el que no fuera el sector más pujante, lo que permitió vender más de mil millones de unidades en todo el año. Pero que exista una demanda creciente no significa que el reinado de las marcas de antaño perduraría por siempre.

A pesar de negarlo tres veces, como Pedro, Nokia finalmente salió a la venta y fue adquirida en setiembre por su nada secreto pretendiente , quien desembolsará US$7.400 millones este trimestre para cerrar el negocio.

La reina del software de escritorio, a pesar de ir reduciendo sus ingresos, ha sabido reaccionar de acuerdo a la onda móvil y no solo se ha convertido en fabricante de hardware y ha llevado su ventanita azul al mundo del celular en un digno tercer puesto sino que cerró amados pero poco rentables productos como MSN para potenciar los servicios de .

También dio un giro a la venta de sus productos, pasando su oferta a la modalidad “bajo demanda”, es decir dejando que uno pague por el consumo del software sin necesidad de instalarlo. Similar reacción tuvo otro gigante como , que también este año empezó a dejar la venta de licencias anuales para pasar a un pago por consumo.

Ambos se están adaptando a los tiempos y los inversionistas, lejos de asustarse ante las bajas en los números trimestrales que la completamente opuesta forma de vender les deja, les están dando el beneficio de la duda por algunos meses. No tienen la batalla ganada, ni han salido de la lista de los que peligran, pero, por lo menos, lo están intentando.    

MANZANA OPACA

Otro que no tuvo un año esplendoroso fue , quien a pesar de ser el causante de la debacle de Nokia pasó - y se quedó - al segundo lugar frente a , esa guerrera coreana que arrancó en 1938 vendiendo pescado seco y es ahora la líder indiscutible en la comercialización de smartphones.

Apple lanzó nuevas versiones atractivas, pero la ausencia del emblemático se ha sentido no solo en la falta de una innovación que rompa esquemas, sino en los problemas para ofrecer mapas realmente eficientes que su gran competidor – el androide de – ha sabido sacar provecho.

Y aunque Apple sigue siendo de los pocos gigantes de antaño que se mantiene pujante (valorada en más de US$200 mil millones es una de las marcas más queridas del mundo) tampoco tiene la guerra ganada.

Google, más multifacético y flexible, siguió saliendo de compras y no solo invirtió US$1.100 millones en aplicaciones para optimizar el tráfico en mapas, sino que se está haciendo de todo un arsenal de verdaderos androides japoneses y variedad de robots para poder lanzar nuevas líneas de productos. 

AÑO NEGRO

El gran golpeado este año es, sin lugar a dudas, BlackBerry. Diez años atrás era vanagloriado por haberse convertido en muy poco tiempo en el celular inteligente más vendido, pero su falta de flexibilidad para adaptarse a los atractivos que la manzana y el androide trajeron junto a una sonada caída en el sistema lo pusieron en la lista roja a fines del 2012. Todos los analistas predijeron su muerte y quienes más simpatía le tenían al gigante canadiense creyeron que su nuevo producto – BB10 – sería su salvador.

Empezaron el año mal porque su última esperanza no cuajó en el mercado como querían. Continuaron de malas cuando los inversionistas empezaron a abandonarlos y terminaron de malas cuando el único comprador posible, un accionista de origen hindú que sigue creyendo en el potencial como servicios de la empresa, no culminó todavía el añorado salvataje. Ahora que ha perdido el 90% de su capitalización (en 2009 los valoraba en US$49 mil millones pero hoy vale menos de US$3 mil millones) su extinción es casi inminente.  

LOS SOBREVIVIENTES

Los efectos que la crisis financiera del 2008 hizo sentir en la industria tecnológica fueron de largo aliento y no solo generaron miles de despidos entre las fábricas japonesas y variadas reestructuraciones entre los gigantes europeos, sino que aun este año surtieron su impacto.

Por un lado está HP, quien no solo sufre porque su principal producto – la PC – ha sido pasada a un lugar poco relevante en la mente del consumidor ahora que vivimos en la era “post pc”, sino que las idas y venidas de sus directores en años anteriores dejaron una imagen resquebrajada que culminó con una flamante pérdida de corona. En el último trimestre su rival les ha quitado el liderazgo mundial – en nuestro país lo hizo – y todo indica que, si no hay reacciones drásticas, podrían mantenerse en esa posición  este 2014.

Y por el otro lado tenemos al eterno socio en el negocio de las PC: Intel. El gigante sigue siendo el dueño de más del 70% del mercado de chips para computadoras, pero no más. En el mundo de los chips para smartphones apenas tienen el 5% y eso sigue siendo un problema porque lo que más se vende hoy en día son teléfonos.

Han reaccionado, han lanzado propuestas importantes en el reciente como accesorios para el vestir o tomar fotos 3D, han roto el matrimonio eterno con para emparejarse con todo aquel que les ofrezca compañía y hasta han sugerido miles de formatos híbridos de portátiles… pero siguen lejos de ser los líderes de este mundo móvil en donde primará la conexión entre máquinas. 

Intel no está muerto ni mucho menos desahuciado, pero enfrenta, como todos los grandes reyes del ayer (o de la década pasada), el reto de reconvertirse rápidamente para evitar una catástrofe. En ese sentido, el 2014 será para todos ellos crucial para evitar estar en la lista de los desfavorecidos de fin de año.

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