Jorge Ramos
Jorge Ramos

El grupo se alista para hacer crecer su negocio de gestión de inversiones en el segmento de personas. Para ello, antes de diciembre, pondrá en operación un negocio de ‘factoring’, con el propósito de crear nuevos vehículos de inversión. Jorge Ramos, presidente del ‘holding’ financiero, revela a Día1 su estrategia.

Ustedes ganaron la última licitación de afiliados el año pasado; sin embargo, el empleo formal se está desacelerando, ¿se han visto perjudicados?

En el caso del negocio de ahorro obligatorio, este se ha visto afectado por la regulación del retiro de hasta el 95,5% de los fondos de pensiones. Si bien hubo una medida correctiva, entre comillas, en la jubilación anticipada ordinaria, sigue vigente la norma que permite el retiro de los fondos. No obstante, estamos pasando por un buen momento, porque ganamos la licitación de nuevos afiliados. El ritmo de afiliados va bastante bien y esperamos que continúe. Eso dependerá de cómo siga evolucionando la economía.


¿Se están cumpliendo las metas que se habían trazado tras ganar la licitación?
Empezamos en junio y hemos cumplido dos meses completos de afiliación. Hemos tenido el mejor primer mes de la historia de todas las licitaciones y, en el segundo mes, hemos alcanzado todas nuestras metas. Nos quedan 22 meses, pero hemos empezado bastante bien. Para ganar la licitación hicimos un esfuerzo muy importante en la reducción de comisiones, al punto que el componente fijo lo redujimos a cero.

¿La licitación está cumpliendo con los objetivos propuestos?
La licitación ha sido exitosa en reducir los precios, porque ha generado un entorno competitivo; pero no ha sido exitosa en aumentar el número de jugadores de la industria. Este último objetivo es clave, porque para muchas personas la solución para fomentar la competencia pasa por incluir a más jugadores al sistema. Esto no sucede, porque las empresas se mueren de miedo de que les cambien las reglas de juego.

¿En el negocio de ahorro voluntario cómo les va?
Estamos apostando por los activos alternativos, porque los activos tradicionales, como la renta fija y acciones, están siendo muy poco atractivos. Nosotros lanzamos como primer producto un fondo de inversión en renta de bienes inmuebles (Firbi), dirigido para la inversión de personas naturales. Incluso, lo hicimos antes de que salga la norma de beneficios tributarios a las Firbi.

Eso nos dio la oportunidad de tener una cartera de activos mucho más potente. Luego, complementamos la oferta de nuestros productos con alternativas con fondos inmobiliarios internacionales, créditos sindicados, productos de renta fija con carteras de bonos diversificados, alternativas más estructuradas, entre otros temas.

¿Cuántos activos manejan en el negocio de ahorro voluntario?
El año pasado superamos los US$1.000 millones en activos. En el negocio ‘retail’, al que están dirigidos estos activos, venimos creciendo a tasas de entre 35% y 40% al año, que son importantes sobre todo en la coyuntura que enfrentamos. Todo esto apalancándonos en el ‘expertise’ en inversiones que tiene el Grupo Sura.

¿Alistan nuevos productos?
En este momento estamos a la espera de una licencia para abrir una empresa titulizadora. Esta tiene por objetivo crear títulos de garantías y otros activos, que nos permitan ofrecer instrumentos financieros con mejores características de rentabilidad para los clientes. A su vez, hemos montado una operación de ‘factoring’, que está en etapa de crecimiento. Estamos en una fase de priorizar más la ganancia de cuota de mercado en la gestión de activos, que en los resultados financieros.

¿El ‘factoring’ lo van a ofrecer con su casa de bolsa?
Sí. Nos encontramos haciendo las pruebas. Estamos ajustando el software y tenemos un número relevante de empresas grandes interesadas en trabajar con nosotros. Por ello, estamos haciendo todos los ajustes para operar lo más pronto posible. El servicio de ‘factoring’ debe estar operativo en el siguiente trimestre.

Por el lado de la titulizadora, esta será una subsidiaria de la SAB y ya solicitamos la autorización a la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS). En el negocio de ahorro voluntario seguimos invirtiendo a través de nuestra empresa de fondos mutuos y casa de bolsa.

¿Cómo ven su operación ‘retail’ en cinco años?
Buscamos desarrollar más nuestro negocio de ahorro voluntario, que viene creciendo a un ritmo muy superior al de las AFP. Todavía tenemos una base pequeña, por lo que estamos haciendo todos los esfuerzos para crecer.

Queremos posicionarnos como lo que somos: expertos en el tema de inversiones. Por ello, tenemos un plan acelerado de inversión, para ampliar nuestra oferta y meternos en este nicho más especializado, que sea de acceso a toda la población.

¿Cuál es su percepción sobre la ONP?
Ha mejorado mucho. Tenemos una ONP que cada vez funciona mejor. Los recursos se invierten profesionalmente, tienen buenos rendimientos e, incluso, hubo momentos en los que se compara con las AFP y se dice que la ONP le ganó al sistema privado de pensiones. Eso es bueno, porque al final se ve que la competencia tiene un efecto positivo.

Muchas veces, cuando nos miran a nosotros, nos dicen que somos un oligopolio porque somos cuatro AFP, pero no hay que olvidar que nosotros competimos con el Estado.

El BID y la OCDE recomiendan que un sistema público debe coexistir con uno privado. ¿Está de acuerdo?
Los estudios y ese planteamiento no te dicen que el reparto sea malo ni que el gestor sea malo. Te dicen que la fórmula ideal es que los sistemas se complementen, porque ninguno de los sistemas solo es lo mejor.

Muchos privados te van a decir que cierren la ONP, porque el dinero es manejado mejor en manos privadas que por el Estado, pero hay que ser realistas también. En el país en el que vivimos, desconectar al Estado en un tema tan importante como la seguridad social es complejo.

Todas estas marchas que hay en Chile, en contra de las AFP, en parte, tienen que ver con que allá se desactivó por completo el sistema estatal y es 100% privado. Eso limita al Estado en su accionar.

¿Les preocupa el adelanto de elecciones?
Es muy difícil decir ahora qué es lo que más le conviene al país. Si hay un gobierno que toma esa decisión, será porque no está en capacidad de manejar el país y lo mejor sería dar un paso al costado.
También hay que preguntarse si hay tiempo suficiente o si, antes de dar ese paso al costado, se puede mejorar algo para no terminar en un escenario igual o peor.

Esa es la parte que hay que cuestionar, porque lo ideal sería adelantar elecciones siempre y cuando vayamos a algo mejor.

Pero ahí surge el riesgo de la orientación política del candidato que resulte ganador de los comicios...
Ya hemos estado expuestos a estos riesgos. Todas las elecciones que hemos tenido han sido traumáticas. En realidad, más que si se adelantan o se mantienen, es cómo llegamos a ese cambio y si es posible mejorar las condiciones para que el cambio se dé de mejor forma. Lo que sí es una pena es que, con una economía con fundamentos tan sólidos e instituciones privadas tan fuertes, no se esté aprovechando el momento. El país podría estar creciendo a otro ritmo.

Contenido sugerido

Contenido GEC