Me atrevería a decir que la palabra más mencionada en charlas, seminarios, congresos, exigencias de clientes a agencias, claves para el éxito, claves para sobrevivir en un mundo competitivo, cultura corporativa de moda, etcétera, es ‘innovación’. O sea, considerando que la tecnología se democratizó, que se volvió cotidiana y, literalmente, tan indispensable como el oxígeno (el miércoles se cayó WhatsApp y el mundo estaba al borde del pánico), y que estamos frente a un consumidor siempre un paso delante de la industria del márketing, la innovación se ha vuelto el ingrediente mandatorio de todos los planes y culturas corporativas.Follow@EconomiaECpe
‘Innovación’ implica andar por caminos nunca explorados, tomar riesgos sin miedo a fallar, experimentar para generar conocimiento, abrazar ideas que cuestionen paradigmas. Si eso es lo que quisiéramos incentivar, estaríamos frente a una verdadera revolución. Todo el talento creativo de este país haría ebullición y muchas cosas en nuestras vidas cambiarían para mejor.
Lamentablemente, el 95% de estas declaraciones de intención son puro ‘floro’. Poses para sentirse parte de una moda. Se predica pero no se implementa. La lógica es: “Innova pero no falles, no arriesgues, valida antes que funciona, busca casos de éxito que validen la apuesta”. ¿Entonces? Nos quedamos finalmente con las últimas cuatro letras: ¡No va!
Hay una verdad incuestionable: sin innovación, hoy puedes sobrevivir, pero lo más seguro es que ya no existas en un par de años. No en diez, sino en dos. Mira a Blockbuster, Kodak, Blackberry y Nokia.
Uno de los gurús de la innovación mundial, que está moldeando grandes compañías en el mundo e incluso en el Perú, es Vijay Govindarajan. Y lo hace con un concepto que busca cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Lo llama “la solución de las tres cajas”. Se basa en el pensamiento hindú, que tiene tres dioses: Vishnu, dios de la preservación; Shiva, dios de la destrucción; y Brahma, dios de la creación. Aplicado este pensamiento a las tres cajas de Vijay, la primera es la caja donde poner los proyectos del presente que se basan en lo establecido y seguro; la segunda es la caja donde selectivamente olvidas el pasado que impide evolucionar y arriesgar; y la tercera es la que crea el futuro, la que abraza la innovación y cuestiona los paradigmas. Las tres son importantes, pero las que hacen que una empresa lidere en el futuro son la segunda y la tercera.
Si la innovación es algo central en tu negocio, pregúntate cuantos de tus proyectos estarían en la caja 3, qué porcentaje de tu presupuesto destinas a experimentar, a fallar, a aprender, a apostar por proyectos en los que crees, pero que no tienen antecedentes.
Vijay dice que debemos dejar la estrategia para defender nuestra posición del presente por la estrategia que crea nuestro futuro. Dejemos el ‘floro’ de la innovación y revisemos nuestras tres cajas.
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