(Foto: El Comercio)
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Uno de los trámites más recurrentes de los sufridos peruanos ante entidades públicas es el del certificado de . Sea por razones de estudio o de trabajo, uno se ve forzado a tramitar el certificado. El trámite es estrictamente personal y comienza con la colita en el .

Si la suerte le acompaña, el certificado puede obtenerse en el banco donde realizó el pago de la tasa. De lo contrario, tendrá que acercarse a alguna comisaría para hacer el trámite. Como el certificado tiene una vigencia de tres meses, la historia puede repetirse cada cierto tiempo.


Hacer este trámite consume en promedio cuatro horas (incluidos los tiempos de traslado), en las que se deja de trabajar o de hacer las cosas que a uno lo hacen feliz. Solo el año pasado se registraron 1,2 millones de solicitudes.

Si multiplicamos esta cifra por el promedio de duración de cada trámite, tenemos que durante el año pasado se consumieron 600.000 jornadas laborales completas con ocasión de dicho certificado. ¿Se imagina la pérdida de productividad y felicidad involucradas en el bendito papelito?

Hace unas semanas el Presidente de la República participó de una ceremonia en la que puso en marcha un sistema que permite la entrega de certificados digitales de antecedentes policiales.

Con el nuevo sistema uno puede hacer todo sin la necesidad de hacer colas y sin salir de su casa u oficina. Uno paga la tasa al Banco de la Nación a través de internet (en la dirección pagalo.pe) y luego ingresa sus datos directamente en la página de la Policía Nacional (a la sección de Certificados Policiales Digitales).

El certificado le llega a uno por correo electrónico listo para imprimir. Hacer todo este trámite me tomó no más de 10 minutos, gracias a la ayuda de mi adorable esposa. No es un cuento. Funciona. Es un cambio que impacta positivamente en el bienestar de las personas, probablemente más que la reforma del sistema político.

No sé si este cambio afectará el PBI o las encuestas de popularidad del Presidente. De lo que sí estoy seguro es que más de uno se sentirá feliz al saber que no requerirá pasar 4 o 5 horas de su vida haciendo colas para obtener ese papelito. Eso ya es suficiente para aplaudir la medida.

Si algo hay que cuestionar es el cobro de una tasa (S/17,00) por hacer este trámite, cuyo monto ha permanecido igual pese al cambio en el proceso de emisión del certificado. De hecho, ya ni siquiera se requiere que el Estado gaste en papel. En países como Chile, Colombia y Ecuador el trámite del certificado digital es gratuito.

Si se quiere motivar a la gente a hacer el trámite de manera virtual -alternativa que involucra menos costos para el Estado- cobrar no es el camino. Gratis.pe.