Evans Avendaño

No existe institución que refleje con mayor exactitud qué tan soberanos son los individuos en sus decisiones que el libre funcionamiento de un mercado. Es ahí donde, tanto vendedores como consumidores, expresan sus deseos a través del intercambio libre y voluntario de bienes y servicios, sin coacción alguna. Pero la maravilla del funcionamiento de los mercados consiste no solo en reconciliar las elecciones de innumerables individuos, sino que además brinda una de las variables más importantes: los precios.

Estos cumplen varios roles, como proveer información fundamental para realizar cualquier tipo de cálculo económico. ¿Cómo se podría determinar la viabilidad de un negocio sin la existencia de precios? Además, proporcionan incentivos que guían tanto el comportamiento de los consumidores en sus decisiones de compra, como el de los productores, quienes buscarán adoptar métodos de producción menos costosos y destinarán los recursos disponibles a usos de mayor valor agregado. Por ende, no hay acumulación de capital posible sin la existencia de precios.

También cumplen un rol distributivo de los ingresos generados ya que, al ser los consumidores quienes deciden qué bienes adquirir, los precios son una función, no de su estructura de costos, sino del valor subjetivo que los consumidores plasman en sus decisiones. Son precisamente estas preferencias las que generan una distribución de los ingresos premiando a aquellos capaces de generar una utilidad en el consumo o uso de los bienes o servicios que ofertan.

Sin un sistema de precios, además, sería imposible mantener la división de trabajo que la humanidad ha alcanzado y que tanto progreso ha generado.

Una economía de mercado coordinada por precios requiere un menor aparato burocrático que controle las actividades en dicha economía y, como los recursos tienen usos alternativos, cada persona que no forma parte del aparato estatal queda libre para realizar trabajo productivo en cualquier sector real de la economía.

Por último, los precios suelen tener una dinámica en el tiempo. El sector aerocomercial ejemplifica los roles y la dinámica de los precios. Las condiciones iniciales de poca oferta de vuelos y alta demanda generaban precios que excluían a un sector de la sociedad. Pero esta información proporcionaba los incentivos para que otras aerolíneas ingresen, generando una mayor competencia y una dinámica a la baja en los precios. Esto democratizó un servicio que era percibido como exclusivo para un sector de la sociedad.

Los pasajeros nacionales crecieron un 12% promedio anual y los pasajes se redujeron en promedio un 45% en los últimos 10 años.

El nuevo aeropuerto de Anta en Áncash abrirá un nuevo mercado que demostrará que los roles y la dinámica de los precios funcionan.

Cuando los estados han tratado de controlar precios evitando la dinámica propia de los mercados, bajo la premisa equivocada de beneficiar a un sector vulnerable de la población, solo han generado escasez, deterioro de la calidad, acaparamiento y mercados negros. ¡No olvidemos las lecciones del pasado!

Evans Avendaño Gerente general de Aeropuertos del Perú, miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Directivo de ACI-LAC y miembro de Es Hoy