Desde que el índice S&P 500 emprendió su camino de recuperación a finales de octubre de 2023, ha demostrado una resiliencia notable. A pesar de experimentar un fuerte movimiento ascendente en noviembre y principios de diciembre, seguido de una fase de consolidación desde finales de diciembre hasta mediados de enero y cierta volatilidad en febrero, el índice solo retrocedió alrededor de 6% en marzo/abril. Luego enfrentó otro revés, perdiendo casi un 3% a finales de mayo. Sin embargo, el índice se ha ido consolidando en un movimiento de precios horizontal a lo largo de junio, alcanzando su máximo histórico (ATH) a 5523,64. El factor constante durante esta tendencia alcista ha sido la falta de participación de muchas acciones, una condición a la que a menudo se hace referencia como escasa “participación” (breadth) o participación estrecha.
El índice S&P 500 ha subido aproximadamente un 14,4% en lo que va del año (YTD). Algunas acciones líderes, como Super Micro Computer (SMCI), han bajado desde su ATH de marzo. En el caso de SMCI, el precio se está consolidando en un patrón de movimiento horizontal. Nvidia (NVDA) tuvo un par de semanas difíciles después de alcanzar su ATH a mediados de junio, cayendo aproximadamente un 17% en dos días.
La condición de participación de las acciones en el índice S&P 500 es mixta, con casi el 70% de las acciones cotizando por encima de su promedio móvil (MA) de 200 días. Generalmente, un mercado alcista sostenible necesita más del 50% de las acciones cotizando por encima del MA de 200 días. Sin embargo, sólo el 50% de las acciones cotizan por encima de su MA de 50 días, que, en mi opinión, es sustancialmente menor al requisito mínimo. En un mercado de valores que muestra condiciones de participación mixta, donde el 50% de las acciones del índice no participan en la tendencia alcista de corto plazo, es esencial ser paciente y seguir invirtiendo en aquellas acciones que muestran fortaleza. Durante la lentitud de los meses de verano, el S&P 500 podría debilitarse más o recuperar su fuerza y participación. La clave es seguir invirtiendo en aquellas acciones que muestran fortaleza, independientemente de las altas valoraciones, y no intentar adivinar cuál será el próximo gran ganador. El mercado lo castigará severamente si se equivoca en su selección de acciones ganadoras. Por lo tanto, es fundamental seguir invirtiendo en aquellas acciones que muestran fortaleza hasta que vea un cambio en el patrón.
Durante las últimas semanas, el mercado de valores ha mostrado señales que el dinero está rotando fuera de algunos sectores y acciones específicas hacia otros sectores y acciones. El sector de semiconductores, incluido acciones como NVDA, han sufrido una salida de capital. Algunos inversores ven esto como una señal de un mercado de valores debilitado con riesgo de entrar en un periodo de corrección. Quizás esto sea cierto, pero el sector de Consumo Discrecional (XLY) ha experimentado entradas de capital durante el mismo período. Esto es importante porque el sector representa aproximadamente dos tercios del índice S&P 500 y de la economía estadounidense.
Aunque durante las últimas dos semanas la industria de semiconductores se ha ido debilitando en relación con el S&P 500, el sector de tecnología (XLK) sigue siendo un líder relativo a corto plazo. Además, la entrada de capital está girando hacia la industria de software. La sostenibilidad de esta tendencia es fundamental porque el sector de tecnología representa casi el 30% del índice S&P 500. Si las tendencias en los sectores de Consumo Discrecional y Tecnología siguen siendo positivas, debería ser bastante difícil para los “bears” (bajistas) recuperar el control del mercado de valores.
Por último, pero no menos importante, el sector energético (XLE) parece estar en las primeras etapas de recuperación de su fuerza relativa en comparación con el índice S&P 500. Durante la tercera fase (Fase III) del ciclo económico, el sector de energía suele recuperar el impulso (momentum) de precios, mientras que el crecimiento económico se desacelera y la inflación se acelera. Hemos notado un debilitamiento del sector industrial (XLI) y del sector de transporte ($TRAN), típico de la Fase III. Esta suele ser una parte del ciclo económico confusa y difícil de manejar para muchos inversores. Por lo tanto, si estas tendencias continúan, la volatilidad ($VIX) también puede recuperar impulso y aumentar durante la lentitud de los meses de verano. Tenga en cuenta que, históricamente hablando, septiembre es bastante volátil. De todos modos, invertir en sectores de crecimiento e impulso (momentum) debería ser la consigna durante la Fase III.
Aunque el S&P 500 y muchas de las acciones que en el cotizan están experimentando ATH con una participación cada vez menor, no esperamos que se produzca un mercado intensamente bajista a corto plazo. Es posible que nos encontremos con mayor volatilidad y retrocesos moderados en el mercado de valores. Sin embargo, si las condiciones actuales se mantienen, esos retrocesos deberían ser una oportunidad para agregar riesgo a las carteras, mientras se monitorea la curva de rendimiento invertida en anticipación de una recesión económica. Esto último, más las tendencias del dólar estadounidense, la inflación, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y la volatilidad son las verdaderas amenazas al actual mercado alcista, no la rotación de capital fuera del sector de semiconductores y la estrecha participación de las acciones que cotizan en el índice.
Recuerde que nuestro pronóstico puede cambiar a medida que obtenemos nuevos datos económicos.