Perea dijo que el gobierno está trabajando para tconsolidar las finanzas públicas. (Foto: AFP)
Perea dijo que el gobierno está trabajando para tconsolidar las finanzas públicas. (Foto: AFP)
Redacción EC

Desde mediados del año pasado, la empezó a mostrar señales claras de recuperación. Luego de un largo período de bajo crecimiento, las ventas en el mercado interno y la creación de han retomado un dinamismo no visto en varios años.

El motor principal ha sido el favorable entorno internacional, que ha generado buenas condiciones financieras e impulsado al valor de nuestras exportaciones, principalmente aquellas del sector minero y agroindustrial. Esto gatilló decisiones de inversión y contratación que han permitido que los beneficios se extiendan a los demás sectores de nuestra economía. Así, la construcción y la producción industrial no primaria han retomado su crecimiento luego de varios años de contracción.

Por suerte, la reactivación de los planes de inversión en el sector exportador permitirá sostener el crecimiento los siguientes años. Por ejemplo, en los últimos meses las empresas del sector minero iniciaron la construcción de tres megaproyectos (Quellaveco, Mina Justa y Ampliación de Toromocho), cuyo desarrollo impulsará la inversión privada hasta el 2020.

Sin embargo, este es el peor momento para caer en la complacencia, al menos por tres razones. Primero, porque si bien los grandes números están mejorando, los hogares de menores recursos siguen sin sentir una mejora en su situación familiar. Eso queda claro al ver las diferencias del índice de confianza del consumidor de Apoyo Consultoría (Indicca) según niveles socioeconómicos, así como el desempeño de algunos mercados de consumo. 

Los hogares de menores ingresos tienen un acceso restringido al mercado laboral formal y no se están beneficiando de su recuperación. Es más, la información disponible sugiere que los salarios reales en el sector informal incluso están cayendo.

Segundo, porque de ahora en adelante el impulso del entorno internacional será cada vez menor. El crecimiento de nuestros socios comerciales ha empezado a moderarse y los precios de nuestros principales productos de exportación han disminuido. Esta moderación continuará en los próximos años, debido al retiro de estímulos monetarios y fiscales en varias economías. 

Tercero, porque este nuevo ciclo de inversión minera muy probablemente terminará en el 2021. Considerando cuánto demora usualmente el inicio de construcción de los grandes proyectos de inversión, se puede prever que no hay proyectos en camino que puedan extender el ciclo actual. 

En otras palabras, si queremos asegurar que la recuperación de la economía sea inclusiva y sostenible, tenemos que empezar a construir motores internos de crecimiento desde ahora. La ventana de crecimiento que nos ha regalado el mundo es una oportunidad para retomar la ambición por hacer reformas que reanimen la productividad de la economía y destraben la infraestructura productiva. De lo contrario, esta podría terminar siendo una recuperación desigual y con fecha de expiración.