Con el inicio de la portabilidad numérica fija, desde ayer ya es viable técnica y legalmente pasar de uno a otro operador de telefonía fija sin perder el número de la línea que utilizamos. Esto significa que si no estamos contentos con un proveedor no tenemos que quedarnos amarrados a él solo por no perder el número al que ya todos nuestros clientes y familiares están acostumbrados a llamarnos. Ahora podemos evitarnos la complicación de estar informando el nuevo número si así lo deseamos y sin que nos cobren algún costo adicional por ello.
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Para darnos un poco de luces sobre este tema conversamos con el presidente de Osiptel, Gonzalo Ruiz Díaz, quien nos resumió el proceso en los siguiente pasos:
1. Investigación. El cliente se acerca a los distintos proveedores de servicio de telefonía fija y les pide detalles sobre el servicio, condiciones de prestación, cobertura geográfica, precios, etc. Los operadores están obligados a informar si tienen la capacidad técnica de llegar a donde reside el cliente.
2. Firma. Se establece un acuerdo o contrato entre el operador y el cliente. Se fija un servicio por un precio. La empresa deberá verificar que el cliente tiene la mínima solvencia para asumir el compromiso y que no tiene deudas pendientes con otros operadores (por ejemplo verificar que no tiene orden de corte de servicio de telefonía fija con otro operador).
3. Portabilidad. Si el cliente lo desea al firmar el contrato puede optar por pedir que su nuevo proveedor mantenga el número telefónico que el cliente viene utilizando con otro proveedor. Tramitar esta operación suele tomar - en términos administrativos - uno o dos días como máximo y no puede realizarse fuera de la zona geográfica donde viene operando la línea (no puedo llevarme a Piura o Chiclayo el número que venía usando en Lima, los números de Lima solo funcionan en Lima). Este proceso es totalmente gratuito para el cliente. El costo es asumido por la empresa que capta al nuevo cliente.
4. Ejecución. Una vez admitida la portabilidad del número se realizará la migración técnica del mismo. A diferencia del servicio móvil, en el fijo se requiere contar con el despliegue de determinada infraestructura y es por eso que el proceso está previsto que tome alrededor de una semana. La ley no establece ningún plazo límite pero las empresas podrán denunciar ante el regulador a sus competidores si ponen trabas para la ejecución de la portabilidad. De cara al cliente el proceso es absolutamente limpio: él no debe perder el servicio de telefonía y seguirá pagando al proveedor antiguo hasta que el nuevo culmine el proceso de migración.