El Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) surgió antes de la Alianza del Pacífico y fue un referente clave para fundar esta última. A partir de la integración de las bolsas de valores de Chile, Colombia y el Perú (posteriormente se unió la de México), surgieron operadores financieros con vocación multilatina e interés de empresas e inversores por la plataforma.
Todo este entusiasmo contrasta con la situación actual: menos del 3% de operaciones bursátiles que se realizan en los cuatros países de la Alianza del Pacífico pasan por el MILA, detalló el ex ministro de Hacienda de Colombia, Guillermo Perry, durante su intervención en el II Encuentro: Integración Iberoamericana y la Alianza del Pacífico, organizado por la Fundación Iberoamericana Empresarial en Ciudad de México esta semana.
Mientras tanto, para los inversionistas el MILA es un mercado que ofrece mayor diversificación, lo cual, según Perry, favorece sobre todo a las clases medias que buscan opciones a las cuales destinar sus ahorros.
¿QUÉ HACER?
La agenda de la Alianza del Pacífico en este frente incluye varios puntos: la armonización de la regulación bancaria y financiera, la libre portabilidad de los fondos de pensiones entre los cuatro países, el tratamiento de inversión local de los activos de los cuatro países en los portafolios de los fondos de pensiones y la homologación del tratamiento tributario de las inversiones en el mercado de capital son las principales aristas.
Luis Miguel Castilla, ex ministro de Economía y Finanzas del Perú, destacó que para avanzar en esta agenda será muy importante el involucramiento de los ministros de Hacienda de los países miembro del bloque. "La Alianza del Pacífico fue impulsada por las cancillerías y los ministerios de Comercio Exterior o de Economía, pero desde la cumbre de Paracas (celebrada en junio del 2015), se sumó a los ministros de Hacienda con una agenda clara", detalló Castilla.
De hecho, la agenda delineada en Paracas para los ministros de finanzas va más allá de la integración financiera e incluye la atracción de capitales para cerrar las brechas de infraestructura, el aseguramiento regional frente a catástrofes naturales, y el trabajo conjunto contra la corrupción y el lavado de activos.
Para asegurar que está multiplicidad de objetivos no genere una dispersión del foco en la integración financiera, Perry propuso que se cree una secretaría técnica enfocada en este tema que reporte a los ministros de Hacienda y haga seguimiento a los acuerdos y propuestas. Asimismo, recomendó que la participación de los bancos centrales de los cuatro países en esta tarea se más intensa.