(Foto: Kaspersky Lab)
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Marcela Mendoza Riofrío

El mantiene una tendencia creciente y pasa por un proceso de mayor sofisticación gracias al uso de soluciones analíticas que la información, sin embargo, los empresarios locales no están incrementando en forma proporcional sus inversiones en protección, estimó Aldo Arciniega, gerente país de .

Según comentó, distintos organismos globales establecen que en Perú solo se invierte el 0,12% del PBI en seguridad , lo cual es mucho menos de lo que destinan el resto de países de la región. En promedio, añadió, cada empresa local dedica apenas, en el mejor de los casos, la mitad de lo que destinan sus pares colombianas o chilenas, aun cuando se trate de negocios del mismo tamaño.

Los impactos de un ciberataque son similares en la región, pero las medidas de seguridad tomadas no son equivalentes en la mayoría de empresas. Solo el sector financiero peruano invierte tres veces más de lo que una minera o un retail destina, acotó, pero el resto destina mucho menos.

Un reciente estudio elaborado por Cisco establece que el 24% de las empresas en la región perdió (cada una de ellas) entre US$500 mil y US$2 millones por culpa de un ciberataque. Un 20% perdió entre US$100.000 y US$500.000 y a un 16% le costó mas de US$2 millones.

Estas cifras son similares al costo que puede tener un ataque equivalente en el país, explicaron, e incluyen no solo las ventas no concretadas mientras se estuvo “fuera del sistema” sino que abarca también las oportunidades de negocio no concretadas y el daño a la imagen corporativa.

Además, indicaron, son pocas las empresas que toman más de 10 soluciones o herramientas de distintos fabricantes para salvaguardar sus datos, a diferencia de la media global que conjuga unas 50 soluciones, pues sienten que es un tema lejano al que solo reaccionan cuando resultan atacadas, concluyó.

ENCRIPTADOS Y AUTOMÁTICOS

De acuerdo al estudio de Cisco, el 50% del trafico habitual en las redes que se conectan a Internet es cifrado, lo cual representa un avance del 12% en el ultimo año. Sin embargo, la cantidad de malware (software dañino usado por criminales) ya está circulando cifrada en el 70% de los casos, lo que significa que creció 268% entre el 2016 y el 2017.

Los criminales están volviéndose más sofisticados. Las empresas llegan a ver ese tráfico sospechoso y generan alertas, precisa el estudio, pero en un 40% de los casos no se investiga y resulta siendo perjudicial para el negocio.

No solo los mueven intereses económicos – robar dinero – sino también dañar la imagen de la marca, impedir el correcto funcionamiento de un competidor o tener inoperativo por un tiempo a alguien, agregaron.

De hecho con la expansión del IOT (Objetos interconectados) y la inteligencia artificial, se han automatizado las fabricas y ha surgido una mayor amenaza, pues los cibercriminales también están utilizando estas herramientas para detener la producción a pedido de algún interesado (desde competidores hasta terroristas).

Ante esta mayor sofisticación, los autores del estudio recomiendan recurrir a varias soluciones de distintos niveles que gestionen en forma armónica la seguridad y tomar primas de seguro que los protejan de los posibles daños que originan este tipo de criminales.

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