Abril confirmó la tendencia descendiente de la inflación y el primer resultado en un año por debajo de 8%. La caída está en línea con el esperado descenso del indicador para el 2023, uno que ya había sido estimado por el Banco Central de Reserva (BCR) para este año. Sin embargo, es la velocidad de dicho descenso la que aún está sujeta a riesgos.
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Prueba de ello son las expectativas macroeconómicas que, para el mes de abril, muestran dos tendencias. En el mediano plazo, los analistas económicos esperan una inflación de 4,95% al cierre de este año, estimación que sube frente a lo pronosticado en marzo (4,30%). Lo mismo sucedió con las empresas no financieras: su proyección para el 2023 subió de 5,70% a 6%. En ambos casos, por encima del rango meta.
Sin embargo, dichas expectativas sí son más optimistas hacia el largo plazo. Evaluando el indicador a doce meses contados desde abril del 2023, la estimación de analistas económicos y del sistema financiero apuntan hacia una inflación de 4,25%. Dicha proyección se mantuvo en descenso y se encuentra en su nivel más bajo en un año.
Análisis de las expectativas
Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, explicó que dicha divergencia entre la expectativa de inflación de mediano y largo plazo está sucediendo en varios países de la región. “Tiene que ver con la expectativa de que existen factores temporales muy puntuales afectando la inflación actual y que deberían revertirse de manera relativamente rápida a inicios del 2024″, acotó.
Para Perú, se trata del efecto de las protestas sociales que tuvieron un impacto sobre ítems de la canasta básica. Además, los impactos climáticos como el ciclón Yaku y el Niño Costero.
“En la medida que teóricamente estos factores deberían tener un impacto temporal sobre la inflación, definitivamente tendrán un efecto sobre el 2023. Esos efectos, al ser temporales, se van desvaneciendo y por factores estadísticos desaparecen un año después de que suceden. La variación anual es favorable y por eso existe esa divergencia”, aseveró.
Es así que, según las proyecciones de Credicorp Capital, el pico de inflación ya pasó y lo que veremos es una tendencia decreciente del indicador que cerraría el 2023 en 4,8%. En el 2024, llegaría a 3% con una convergencia al rango meta del BCR (de 1% a 3%) durante el primer semestre.
Luis Fernando Alegría, profesor de Pacífico Business School, comentó que la expectativa de inflación que más sigue el BCR es la esperada por analistas económicos y empresas del sistema financiero. “Son ellos los que hacen proyecciones técnicas y modelos estructurados. Dicha expectativa está a 4,25% para los 12 meses y ha estado a la baja desde agosto del año pasado. Tuvo un pequeña alza por las protestas, pero la tendencia es a la baja”, dijo.
Balance de riesgos
Alegría explicó que los riesgos que hoy existen sobre la inflación están asociados a la oferta y todos son al alza. “Son temas de oferta que están fuera de control del BCR. Un riesgo es la inflación importada, dado que en el mundo aún está alta”, aseveró.
Un segundo factor de riesgo está en el petróleo. Un ajuste global de la demanda de petróleo sumado al recorte de producción de la OPEP son factores que desencadenarían un alza en la cotización. “Eso haría que el petróleo suba y ello genera un impacto directo en energía y transportes de Perú”, acotó.
Sin embargo, el riesgo más importante sobre la inflación es interno y está asociado al Fenómeno de El Niño. No obstante, su impacto debería disiparse rápidamente. “Es un shock que impacta y luego se disipa rápido. Por ahora, la mayoría de los modelos que proyectan la anomalía de la temperatura superficial del mar advierten que el Niño será moderado. No obstante, también hay modelos de proyección que muestran la probabilidad de un Niño más fuerte de lo que se prevee. Ese es el riesgo principal”, estimó.
Decisiones del BCR
Si bien el balance de riesgos es al alza, aún el escenario base arroja una tendencia decreciente. Ello llevaría al BCR a un recorte de tasas de interés este año. En opinión de Velandia, este -de no concretarse algún riesgo- debería suceder este año.
“Nosotros tenemos la expectativa que, dependiendo del comportamiento de la tasa de inflación, que haya un recorte de la tasa de interés. Nuestra proyección es 6,75% para el cierre del 2023 y, si se consolida la caída de la inflación, habría un espacio adicional para recortar tasas el próximo año y cerraría el 2024 en 4,50%. Obviamente, el momento exacto del recorte que aplique el BCR lo dicta la inflación. Por ahora, un recorte en setiembre de este año parece lo más probable”, comentó.
Para Luis Eduardo Falen, jefe de análisis macroeconómico de Intéligo, pese a que los riesgos se han disipado, aún no existe razones para un recorte de tasas en el corto plazo. “La inflación ha continuado descendiendo, pero no lo ha hecho al ritmo visto en otros países de la región. Ante ello, en el corto plazo, no se espera un movimiento de tasa de referencia. Por el momento, esperamos que la tasa de interés de referencia cierre el año en 6,75%”, aseveró.
Hoy se dará a conocer la nueva decisión del Banco Central de Reserva sobre su tasa de interés de referencia, la misma que hasta el momento se ubica en 7,75% por tercer mes consecutivo. Hasta abril, el BCR aún indica que la decisión “no necesariamente implica el fin del ciclo de alzas en la tasa de interés”.
Asimismo, un aspecto importante que recalcó el BCR en sus comunicados es que, más allá de sus expectativas, también presta seguimiento al desempeño de la economía.
“El Directorio se encuentra especialmente atento a la nueva información referida a la inflación y sus determinantes, incluyendo la evolución de las expectativas de inflación y la actividad económica para considerar, de ser necesario, modificaciones en la posición de la política monetaria”, señaló el banco en el comunicado de abril.